Mi Muñequita (Laughing Jack y Tú)

Capítulo III

Pov omnipresente

Londres Inglaterra 1824

La chica se encontraba en su balcón, era de noche así que nadie podía verla y si lo hacían no notarian lo que es.

Adoraba salir a contemplar la luna cuando no había lluvia, era como una amiga para ella, solo la luna sabía que era, solo la luna contemplaba cuando lloraba, solo la luna la acompañaba en esas noche de Soledad cuando su padre no estaba.

—¿como sería tener un amigo real? —se preguntó mientras veía la Luna, que en ese momento estaba en su fase completa.

Como siempre ella no recibió respuesta, siguió un rato más contemplando la Luna hasta que se hizo demasiado tarde.

—será mejor que vaya a dormir—susurro y entró a su habitación cerrando la puerta que dirigía a su balcón.

Se puso ropa cómoda para dormir y cuando estaba ya dormida en su cama miro hacia el balcón.

—buenas noches, Luna —susurro antes de caer en los brazos de Morfeo.

Actualidad

El payaso salió de su habitación de mal humor, tenía ojeras. Bajo al comedor, escucho risas desde la cocina, de acercó y abrió la puerta de golpe.

—hola Jack—dijo sonriente el juguetero con una taza de café en la mano.

—hola—respondió con un tono molesto.

—¿te encuentras bien? —pregunto la chica peliazul mirando el estado de su amigo.

—no, ayer en la noche no pude dormir—dijo él pasando su mano por su cabello—se estuvo escuchando una niña llorar —bosteza, miro a su alrededor y noto una ¿chica? —¿qué es eso? —pregunto señalando la muñeca.

Los tres se tensarón y se pusieron nerviosos.

—es una muñeca de porcelana —respondió el juguetero— fue la primera creación del antiguo dueño de la casa, la hizo para su hija pero se rompió y la traje para medir le algunas piezas—dijo como su típica sonrisa.

El payaso levanto una ceja extrañado, miro la muñeca fijamente la muñeca le parecía conocida, pero algo llamó su atención.

—la muñeca acaba de parpadear—dijo abriendo los ojos por la sorpresa.

—¿qué? —pregunto el pelirrojo—debes de estar imaginando las cosas por tu falta de sueño —se acercó a su amigo y tomó la muñeca saliendo de ahí.

—¿por qué no pudiste dormir? —pregunto el peliazul tomando de su café.

—alguien estuvo tocando la puerta y dejando notas en la puerta—contestó cansado.

—Jack,¿entraste a la habitación con la puerta (c/f)? —pregunto serio el pelirrojo, el payaso volteo fastidiado y lo miro.

—si, escuche un ruido ayer y decidí entrar—dijo soltando un bostezo, el juguetero solo lo miro serio y extendió una de sus manos.

—damelo—dijo él mientras sus ojos se tornaban levemente de verde.

—¿qué cosa? —pregunto el payaso confundido.