Síndrome del corazón roto

Regreso

Como se temía, con la llegada de los resultados de sus exámenes médicos, las suposiciones de su "corazón roto" fueron acertadas.

Fue recetado con algunos tratamientos y mucho reposo. Se le indicó muy estrictamente que debía relajarse. Una incapacidad de cuatro días y volvería a la acción (vaya tiempo para olvidarse de todas las angustias).

Deseaba recuperarse lo mejor que pudiera para darlo todo en sus entrenamientos; quería cambiar, demostrarse a sí mismo que podía hacer las cosas bien, y asumir sus sentimientos con más cabeza fría y menos ilusiones.

Entre su lista de cosas por las que no se preocuparía estaba claramente Shōto. Ya estaba frustrado al sentirse constantemente abatido por el tema de sus sentimientos. Consideró que ésta era una buena ocasión para, al menos, sacarlo de su mente esos cuatro días.

¡Y en verdad lo hizo!

El simple hecho de no verlo cada día bajó su tensión al menos en un 90%. Se sentía de alguna forma, libre al fin en mucho tiempo.

Pero bueno, los días de ocio son los que más rápido pasan, y en un abrir y cerrar de ojos los cuatro días habían terminado.

Aún debía seguir tomando medicación, pero no era la gran cosa.

A pesar del reposo, seguía recomendado a evitar el estrés. Bien... Izuku ya tenía una preocupación el día que volvía a su vida escolar.

Lo entristecía un poco la duda de si seguirá sintiéndose tan mal, pues se había dado cuenta de lo fatigado que lo tenía su corazón, anímica y literalmente. Incluso asustaba, ¿significaba que cada vez que se fuera a enamorar y no fuera correspondido sufriría del corazón? ¿Y qué tal una ruptura de relación? Cielos...

—¡Vamos Izuku, cálmate y concéntrate! No deberías pensar en eso ahora, ¡ni siquiera tienes una relación y ya estás pensando en rupturas!— Se decía mientras pasaba al aula.

En cuanto entró sus compañeros lo saludaron muy felices, y esto también hacía feliz al Izuku. Se sentía querido por sus amigos, y claro, Shōto también se acercó.

—Midoriya, felicidades por tu recuperación. Estaba preocupado.—¡¿Por qué tenía que decirle eso justo ahora que lo había olvidado por cuatro días?! ¡Ese era su gran logro!

—Gracias, ya me siento mejor, aunque aún estoy en el proceso.—Esas simples palabras, "estaba preocupado", habían dejado al chico más rojo que un tomate. Sin embargo, se detuvo a pensar.

Ya no podía seguir jugando a estar enamorado mientras se auto destruía al hacerlo. Debía enfrentarse a la idea de que su relación con Shōto solo llegaría hasta la amistad, y que no estaba conforme con eso. Sería doloroso pero...

—Oye, quisiera que habláramos en el receso, si tienes tiempo...