Entre aquellos pétalos rosados que bailaban con el viento para luego terminar en el suelo, estaban las emociones de muchas personas, las cuales esperanzadas miraban aquel baile rosado y emotivo. Pedían deseos mientras veían a aquel pétalo favorito, si contaban hasta diez y este no caía, ese anhelo se cumpliría, el problema era si eran más de una persona las que miraban hacia el mismo objetivo, si eso ocurría, solo a una persona se le cumpliría, además de que solo podían elegir uno.
Había mucha gente, cada una parecía tener una situación distinta, habían enfermos, familiares de gente desaparecida, familiares de enfermos que pedían por su sanación, estudiantes que pedían por su futuro, jóvenes con mala situación que pedían mejorarla, vagabundos que pedían avanzar, mujeres que pedían por su fertilidad, etc.
Entre aquel gentío se encontraba un chico cuyas galaxias estaban en sus mejillas, aquellas pecas que reflejaban inocencia y deseo, vestido con su uniforme de ultimo año miraba hacia aquellas hojas que se movían levemente al sentir la caricia de la cálida brisa que venia del lado izquierdo. Sus manos juntaba como si estuviese rezando, mientras miraba a un pétalo en el medio del árbol, él en especial pedía poder ayudar a sus padres con la mala situación económica que tenía, osea, deseaba poder terminar bien sus estudios de colegio, para poder comenzar a estudiar en universidad y a su vez, conseguir un trabajo de medio-tiempo.
Entre algunas lagrimas, el joven con todas sus fuerzas comenzó a contar al ver el pétalo desprenderse finalmente del árbol. .
*"Uno . . , dos . . ., tres . . ., cuatro . . ."* Pensaba mientras con todas sus fuerzas deseaba que no tocara el odioso suelo. Correteó detrás del pétalo al ver que un fuerte aire lo empujó,
. . . llegó.
"¡NO TOCÓ EL SUELO! , ¡NO LO TOCÓ!"
Gritaba emocionado, mientras sentía aquellas lagrimas que había soltado de tristeza, se convertían en lagrimas de felicidad, lagrimas de alivio.
El mundo me daba por fin un rastro de luz entre tanta oscuridad, el mundo cambiaba de lado, y las platas crecían nuevamente.
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El chico *Pelo de Zafiro Naranja.* ©
Teen Fiction"La plata es la que pone al mundo girar" Las joyas, los kilates, las reliquias, siempre rodearon la cabeza del protagonista, él, siempre arreglo todo con el dinero, cuando ni el más grande fajón de oro podrían reparar su corazón y pasado. Nunca ente...