Park Jimin siempre fue la persona que se despertaba antes que todos los demás y esa mañana no había sido la excepción. Lo que la hacía diferente a todas las demas veces era que no había dormido en toda la noche, tenía pesadillas que no lo dejaban conciliar el sueño y lo hacían estremecerse. Esos sueños tenían nombre y apellido, Jeon Jungkook. Cada vez que conseguía dormir siquiera un poco, el bello joven de ojos avellanados aparecía en su cabeza hablándole bonito y sonriendo, pero todo se esfumaba cuando el pelicastaño se ponía a llorar y a decirle que era un cobarde. Jimin lo sabía, sabía que había hecho un daño irremediable en el corazón del más alto, sabía que lo había lastimado tanto en el pasado como en el presente, sabía que en cuanto su bello niño de sonrisa adorable se subiera a aquel avión entonces lo perdería para siempre, y la idea de no volver a verlo ya nunca más estaba logrando matarlo lentamente.
Se levantó de la cama mucho antes que cualquiera que estuviese dormido, las náuseas no lo dejaban tranquilo y estuvo sintiéndose enfermo casi toda la mañana hasta que cierta castaña un poco más bajita que él despertó. Cruzaron miradas y antes de poder decirse algo, la joven desapareció en el baño, aparentemente él no era el único con náuseas.
En el momento en que Yuri estaba en el baño, Jimin oyó cuando golpeaban la puerta de la casa de su amigo. Se paró del sofá y fue a abrir llevándose una gran sorpresa al ver a toda su familia allí reunida. Su hermana mayor y sus padres estaban del otro lado de la puerta con sonrisas enormes y se adentraron al hogar del rubio saludando a su hijo, quien al verlos se puso feliz y a la vez las náuseas le regresaron con más fuerzas. Justo cuando estaba a punto de sentarse con ellos en la sala, un chico pálido de cabello moreno golpeó la puerta e ingresó al hogar. Jimin lo miró sorprendido porque no lo conocía pero antes de que pudiera siquiera preguntarle quién eres éste se encontraba saludando a su hermana y sus padres.
— Taehyung aún sigue dormido, puedes ir a su habitación y despertarlo.— Informó Yena y el chico asintió agradeciéndole la informacion.
Yuri salía del baño al mismo tiempo que el chico desconocido a los ojos del pelirrosa iba dirigiéndose hacía las habitaciones, ambos se saludaron con simpatía y luego el chico siguió con su camino hacia los aposentos del pelirrubio. La pelicastaña menor quedó helada en su lugar al ver a la mayor allí parada. Jimin le hizo una seña para que se acercara y allí terminó de presentarle al resto de su familia.
— Así que tu eres la causante de que mí bebé abandone el nido.— Bromeó la señora Park haciendo reír a su marido. Yuri solo sonrió por cortesía rascando su brazo.
— Solo está jugando. — Le susurró el pelirrosa y ella solo asintió.
Cuando Yuri quiso responder a las preguntas de los padres de los mayores sintió una gran punzada en su estómago que la hizo volver corriendo al baño para no descomponerse frente a las personas. El padre de Jimin enarco una ceja mirando a su hijo.
— ¿Se casan solamente porque están enamorados?— preguntó y Jimin lo observó sin comprender. — Park Jimin si dejaste embarazada a esta niña sin decirnos te prometo que la pasarás mal.— Lo regañó haciendo el menor estremecerse y a la mayor ahogarse con su propia saliva.
— ¿Perdiste el sentido común? Por supuesto que no hice eso. — Jimin comenzó a negar efusivamente.
— Iré a ver cómo se encuentra Yuri. — Dijo Yena alejándose de la incómoda situación a la que se había envuelto sin quererlo.
Cuando ingresó al baño se encontró con una pelicastaña lavando su rostro y tocando su estómago. Se veía realmente muy mal y aquello hacía que la mayor quisiera protegerla. Le extendió una toalla para que se secara y la menor le sonrió con agradecimiento. Ni siquiera pudieron hablar ya que Jimin apareció con un semblante pálido pidiéndole por favor a su hermana que controlara a su padre porque no lo dejaba tranquilo con la idea de que sería abuelo pronto. Yena se rió burlona y fue a intentar calmar a su padre dejando a la pareja de futuros casados solos en el baño.
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ATARAXIA - KookMin
Dragoste《~ La Ataraxia es un estado de ánimo que se caracteriza por la tranquilidad y la total ausencia de deseos o temores~ - La primera vez que conocí la palabra, tenía casi dieciocho años, se la oí decir a uno de mis compañeros a su pareja.- Jimin simpl...