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Oh, mierda. ¿Qué se suponía que estaba haciendo?

En este momento me estaba peinando. Mojaba el cepillo para ayudar a moldear mi cabello, y cada vez que me veía al espejo lucía extraño. Yo ni siquiera me peino, que es aún más extraño.

En la escuela hay una tradición anual para los que egresan el último año: El baile de graduación. Desde que entré en preparatoria nunca estuve tan dispuesto a no ir, no me llamaban la atención los eventos sociales. Pero hoy tuve una idea, un plan, que tenía que efectuar a como dé lugar.

-¿Estás listo, cielo?

La voz de mi abuela del otro lado de la puerta me llamaba. Le respondí que en breve salía, mientras me miraba fijamente al espejo. Sí que me veía extraño portando un traje y un peinado de época como los "chicos cool" lo hacían. Tomé mis lentes, los observé pensando si ponérmelos o no, que al final opté por guardarlos en el bolsillo de mi pantalón.

Al salir estaba ella, mi abuela. Una señora de unos ochenta y siete años que me apoyó en todo lo que mis padres nunca lograron hacer.

Ya que están muertos.

-¡Dios mío! ¡Te ves como todo un hombre! —Me abrazó— Me haces acordar a tu padre. No esperaba que su traje te quedara tan bien.

Lágrimas de felicidad. ¿Qué sería hacerlo? Digo, ¿cómo sería? A decir verdad, no tenía emociones fuertes desde hace mucho. Solo una persona saca mi lado sensible, y quien diría que eso dependiera de alguien. De una chica para ser exactos.

Me despedí amablemente, mientras me advertía que apresurara el paso para no hacer esperar a mi cita de esta noche. Invitar a alguien al baile es también una tradición, y no, este no era el caso. Ya afuera caminé un par de cuadras hasta un callejón. Pensaba si la mochila que había dejado esta tarde seguiría allí, y efectivamente lo estaba. Ahora sí tomé rumbo a una parada de autobús, estaba vacía.

Me senté en la parte de atrás, solo. Por la ventana se veían los autos llenos de adolescentes enfiestados, dando bocinazos, como para que todo el mundo estuviera enterado de que pronto serían los nuevos universitarios.

Al llegar a destino, me bajé y caminé hasta el instituto. Veía tantos rostros conocidos como desconocidos en la entrada, gente de los pasillos, compañeros de clase, que estos ni siquiera notaban mi presencia. Lo normal.

-¿Renjun? ¡Qué sorpresa verte! A decir verdad, no creí que vendrías.

El profesor Moon me estaba dando esta cálida bienvenida. Un hombre un tanto fracasado en la vida, pero bueno para las ciencias.

Lo saludé de vuelta con amabilidad, ignorando el hecho de que estaba impresionado de verme. Seguí el camino decorado hasta el gimnasio. Estaba tan lleno de gente que me sentía un poco inseguro y fuera de lugar, hasta que la vi.

Quedé más impresionado que nunca por su belleza, que claro, hoy llamaba la atención entre todas las demás. Oh, Susie, hoy será nuestra noche.

Como de costumbre ella estaba rodeada de sus "amigos", pero más que nunca, infaltable la presencia de su novio: Jeno. Lo odiaba. ¿Cómo se atrevía a besarla frente a todo el mundo?, presumido. Estaba más que decidido a efectuar mi plan. Hoy será nuestra noche, Susie. 

。。。

-Hey, ¿tú eres Susie? 

-Hola, sí.

-Me dijeron que te diera esto. —Le entregó un sobre, con un sticker de corazón en la solapa—

-Vaya... —Sonrió, estaba atónita por el bonito detalle— ¿Quién te lo dio?

𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝 𝐨𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐃𝐚𝐧𝐜𝐞 𝐅𝐥𝐨𝐨𝐫 | renjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora