▶Kimetsu No Animal◀

▶Zenitsu◀

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Mi alarma sonó a las 6:30 AM, me desperté con un poco de pereza, iba a levantarme si no fuera por una gran bola de pelo que dormía muy a gusto sobre mi pecho.

—Hora de levantarse, Yemon.

Y como si tuviera todo el tiempo del mundo mi gato se estiro y bajo de mi cama de la forma más lenta y perezosa posible, gato ocioso.

—Aahh~... Nueva escuela, nuevos profesores, nuevos.. ¿Amigos?— me estiré y me dirigí al baño.

—Meow~~— mi gato se aferro a mis piernas exigiendo mimos.

Me agache y le di unas cuantas acaricias en el cuello y cerca de la cola.

—Bueno, amigo, tengo clases y debo prepararme, cuando vuelva te daré más mimos— me levante y fui a ponerme el uniforme para despues ir a desayunar.

—Meow~— Yemon traía consigo su plato de comida, fui a los estantes donde guardaba su alimento y le serví.

—Uff.. Buen provecho, estas muy insistente hoy— di una leve sonrisa mientras acariciaba a mi gato quien comía tranquilo.

Antes de irme revise si tenia todo listo, me di cuenta que faltaba uno de mis cuadernos, comencé a buscarlo bajo la atenta mirada de Yemon, una vez que lo encontré e iba a guardarlo mi cartuchera había desaparecido.

—¿Eh? Yemon, ¿Viste mi cartuchera?— comencé a buscarla con prisa, cuando la encontré estaba vacía.

—¡Pero que demo...!— levante la mirada y observé como Yemon se dirigía a la cocina con mis lapiceros en su boca, pero que gato el que tengo, siempre tan considerado conmigo y preocupado de que no llegue tarde. Nótese el sarcasmo.

Fui corriendo por mis lapiceros y regañe al felino por lo sucedido, estaba apunto de irme pero unas garritas raspando mi pantalón me lo impidieron.

—Yo también quisiera quedarme contigo en casa, Yemon, pero sabes que no puedo ¡Nos vemos en luego, grandullón!— acaricié su cabeza y me fui después de dar un portazo.

Voy a extrañarlo en todo el transcurso de las clases.

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Caminaba por las calles con mi mano agarrando una tira de mi mochila, iba muy sumido en mis pensamientos de como seria mi estadía en esta Academia, una punzada en mi cuello me hace volver a la realidad.

—¡Pero que demonios!.

Volteé para buscar al causante del dolor y encontré bellotas en el suelo, quien lo diría, las ardillas me odian.

—¿Uhm? ¿Pero que...? ¡Dónde estoy!— exclamé observando el lugar donde estaba.

Tome la ruta equivocada y ahora me encuentro corriendo hacia el lado contrario en el que debería haber ido para llegar a la Academia.

Soy alguien distraído, no sabia con exactitud en donde estaba. Pronto comencé a temblar al ver a un perro enorme caminar hacia mi, caminaba lento y con la cabeza en alto, tenía un moño.

-E-Este...

Un perro, un poco más pequeño brinco de unos arbustos y comenzó a gruñirme y a ladrar, salí corriendo despavorido cuando el perro más grande comenzó a ladrarle ¿Qué acaso al único animal que le caigo bien son a los gatos?.

Sonreí al visualizar la entrada de la Academia, aun tenía tiempo. Iba entrar pero un gato que intentó rasguñarme me hizo parar en seco, listo, me queda claro que al único animal que le caigo bien es a Yemon aqun que aveces me saca de mis casillas. Lentamente con los gruñidos del gato ninja entre al edificio para luego dirigirme al auditorio para el discurso de bienvenida.