Capítulo 2

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Pelea de coqueteos

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Pelea de coqueteos

Seguiría ignorando lo sucedido de aquel día, lo que no tenía explicación de cómo sucedió. Claro que la tenía, era él y su torpeza. Tamaki tomaría sus cabellos para tirar de ellos por la desesperación en la que se encontraba.

Había pasado tan solo un día desde aquello que Tamaki prefería no nombrar, bajo ningún código, ni nada. La vergüenza aún lo atormentaba y no le permite terminar sus apuntes cuando la punta del lápiz emite un crujido, la presión terminó su existencia.

Sus manos en mí...

Amajiki sacudió la cabeza al darse cuenta de dónde iban sus pensamientos, el tono carmín no tardó en aparecer por sus mejillas, era momentos como este en que maldecía ser tan pálido.
Desapareció del salón a penas tocó el timbre, finalizando las clases.
Lo cual no pasó desapercibido por tres cabezas que se dirigieron miradas confundidas.

Mientras el azabache caminaba con las manos dentro de los bolsillos, la mirada baja y la espalda encorvada, la mueca en su rostro denotaba lo angustiado que estaba.
Se supone que tenía en claro donde se iban sus prioridades.

Ser héroe.

Mirio

Estudiar

Mariposas

Mirio

Espera, ya había mencionado a Mirio.

No importa.

Nunca creyó que se enamoraría del chico que le cegó con su sonrisa, cuando lo cambiaron de colegio. Ni aún termina de creérselo, aunque hasta sus propios padres se lo esperaban debido a que era el único con el que se la pasaba todo el rato, con el que sonreía a cada momento.

Desde que Mirio le propuso ser su novio, se decidió por dar lo mejor de sí para ser la perfecta pareja para él.
Por eso no lo molestaría con sus pensamientos fuera de lugar.

Seguiría dando lo mejor de sí para merecer estar al lado de Mirio, y tal vez algún día, brillar como él, brillar junto a él.

Ese era su sueño.

Las manos del blondo siempre le habían transmitido calidez, desde la primera vez que acarició su piel con tanta amabilidad. Su tacto dulce lograba tranquilizarlo, mejor que cualquier calmante de farmacia.
Los abrazos, donde su cuerpo era apresado en ellos, su ser entero derretido ante su temperatura, su voz y afecto. Sus brazos apresando su cuerpo contra el suyo, la sensación calentaba más que su corazón y mejillas, tal vez era todo su cuerpo.

¡No! ¡No podía ignorarlo cuando el solo recuerdo lo golpeaba en cada momento! ¡Como las olas contra la costa, mejor dicho un tsunami!

Tamaki solo quería ir a casa para encerrarse en su sufrimiento moral por pensar en su novio tocándolo de una manera no correcta.

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⏰ Última actualización: Apr 07 ⏰

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