Capítulo 1

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Era un sábado por la noche, y como siempre en ese día, Zayn, Trisha (su madre) y Geoff (el novio de su mamá), estaban cenando juntos en la casa de los dos primeros.

Estuvimos hablando, hijo —comenzó a hablar Trisha apenas terminaron con su cena, entrelazando su mano con la de su novio—, y creémos que ya es tiempo de dar el siguiente paso. Vamos a vivir todos juntos.

—¡¿Juntos?! ¡¿Qué?! —cuestionó Zayn confuso—. ¿De qué hablas, mamá?

—Sí, juntos —afirmó ella con una enorme sonrisa—. Seremos una hermosa familia.

La mejor de todas... hijo —terminó Geoff.

Hacía ya un mes desde que su madre le dijo eso y, aún así, no podía ni quería asimilarlo.
Aceptaba a Geoff como pareja de su madre, pero ¿que tratara de suplir a su padre como hombre de la casa? Eso sí que no. Cuando Yaser murió, él le prometió cuidar de su madre y suplirlo en el hogar, y eso es lo que hasta la fecha había hecho y que, por supuesto, seguiría haciendo.

En fin, ya no se preocuparía más por eso, seguro esa loca idea ya se le había olvidado a su madre. Ahora en todo lo que podía pensar era en su ascendente carrera deportiva y en su fabulosa novia.

Terminó de arreglar su cabello, y bajó para desayunar junto a su madre.
—Buenos días —la saludó con un beso en la mejilla, para después tomar su lugar en la mesa.

—¿Cuántos huevos te apetecen, cariño? —cuestionó, con esa dulce voz que solo ella como su madre podía darle.

—Tres están bien —respondió.

Desayunaron en compañía de una amena charla como cada mañana, con las mismas preguntas que Zayn amaba responder una y otra vez: "¿Cómo van tus calificaciones?",  "¿Qué tal está todo con tu novia?", "¿Tendrás algún partido de fútbol pronto?"... Entre otras.
Él también le hacía preguntas que igualmente su mamá respondía alegre. Tenían una de las mejores relaciones madre e hijo.

Zayn, como siempre, fue el primero en terminar con su desayuno.
—¿Puedo retirarme? —pidió.

—Puedes —afirmó Trisha.

Él sonrió y se levantó, llendo directamente hacia el baño de ese piso. Lavó sus dientes rápidamente y volvió hasta donde su mamá.
—Bueno, ya me voy —le dijo antes de depositar otro beso en su mejilla—. Te amo.

—Y yo a ti —respondió ella—. Vete con mucho cuidado, ¿sí?

—Sí. Nos vemos más tarde, adiós. —Dicho esto, tomó su mochila y se dirigió a la cochera. Ahí estaba su bebé, un flamante audi en color negro. Había sido un regalo de parte de sus padres al cumplir los diecisiete años. No eran millonarios, pero estaban muy bien posicionados económicamente.

Abrió la puerta del copiloto y lanzó ahí dentro su mochila, para después rodear el automóvil y montarse como piloto (obviamente).

[...]

Varias cabezas giraban al oírlo y/o verlo llegar, y no las apartaban ni siquiera cuando ya bajaba de su vehículo, y es que bueno, él también era deslumbrante.

Apenas entró a la enorme institución, lo primero que hizo fue ir hasta dónde su casillero para tomar sus libros. Él únicamente llevaba la mochila para guardar ahí su desodorante, algunos bocadillos, una cajetilla de cigarros, un encendedor, su celular y quizás un cambio de ropa. Nada de útiles escolares.

Cuando hubo dejado su mochila dentro del locker y tomado lo necesario para su clase, llegó su novia. La sexy capitana de porristas, Gigi Hadid.

—Hola, bebé —saludó la rubia antes de darle un apasionado beso francés.

Bad Stepbrother || ZiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora