P20: Lo correcto.

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-¿Dan...?-la llamó Erick en voz baja sin despegar sus ojos de la calle por la que el auto avanzaba pero la muchacha no despegó sus ojos húmedos de la ventanilla del auto ni un solo segundo. Desde que habían salido de la clínica y luego de subir al auto ella se había mantenido en completo silencio con los ojos pegados en el cristal y los pensamientos a miles de kilómetros de donde su cuerpo permanecía. Y a Erick le preocupaba demasiado a decir verdad.

-¿Si...?-preguntó tratando de que su voz no sonara demasiado ahogada. Pero Erick la conocía y sabía que estaba llorando.

Orilló el auto en la acera y la miró fijamente.-Danna... ¿Qué es lo que pasa...?-cuestionó. Danna inspiró profundamente y se giró lentamente para mirarlo a los ojos. El corazón de Erick se hizo un puño y sin decir nada más la envolvió en un largo abrazo. Ni siquiera hacía falta ser demasiado listo para saber qué era lo que le pasaba. La chica comenzó a sollozar de inmediato entre sus brazos y él dejó un beso sobre su cabello tratando de comunicarle con ese simple pequeño acto que todo estaba y estaría bien.-¿Qué pasa, amor? Pensé que estarías feliz con la idea de que vamos a ser padres...

-Es que no lo entiendo, Erick.-admitió finalmente.-No entiendo cómo es que vamos a ser padres si siempre hemos sido cuidadosos en ese aspecto, no he dejado de tomar píldoras ni un solo día. Yo me cuido y tú también lo haces...los dos nos cuidamos y aun así vamos a ser padres...-Erick negó un poco.

-Eso no importa, Dan...-respondió apartándose de ella para poder mirarla de nueva cuenta. Acunó su rostro entre sus manos y le ofreció una pequeña sonrisa.-Sé que un bebé no estaba en nuestros planes en este momento pero pasó y eso es lo importante...y no importa como pasó, hay un bebé dentro de ti, muy pequeño a decir verdad pero tiene vida, Dan...tú le vas a dar vida...y es un bebé de los dos, mi amor...es el fruto de nuestro amor...¿eso no te dice nada...?-Danna sollozó de nueva cuenta y él la volvió a abrazar con fuerza.

-Ya sé que es nuestro bebé, Erick. Y no es que no lo quiera, es sòlo que tengo miedo...mucho, de hecho...-Erick cerró sus ojos y un par de lágrimas rodaron por sus mejillas.

-No tienes por qué tener miedo...es lo más normal del mundo, además...a nuestro bebé no va a faltarle absolutamente nada pero lo más importante de todo es que vamos a amarlo mucho ¿no es así...?-Danna asintió de inmediato y cuando él se apartó se dio cuenta que las mejillas de Erick también estaban húmedas. Nuevas e incontrolables ganas de llorar se hicieron presentes y con manos temblorosas retiro la humedad de las mejillas del pelinegro que la observaba con una pequeña sonrisa comenzando a formarse en sus labios.-No llores, mi amor...y si vas a llorar entonces que sea de felicidad...

-Er...

-Espero que cuando nuestro hijo nazca se parezca a ti...-anunció tratando de cambiar el tema. Danna rio en voz baja y negó un poco.-Porque seguramente va a ser completamente hermoso...-agregó dejando un beso sobre los labios de su esposa.

Danna le sonrió débilmente.-Te amo..

-También te amo, muchísimo y gracias por esto, Dan...

(...)

A la mañana siguiente cuando Danna abrió los ojos lo primero que sintió fueron unas increíbles e inmensas ganas de vomitar. Retiró bruscamente los edredones de su cama y gimió cuando se dio cuenta que los brazos de Erick estaban impidiéndole hacer movimientos agiles. Se zafó de su agarre tan rápido como le fue posible y un momento después corrió en dirección al baño arrodillándose frente al retrete.

Un minuto después Erick entró, se sentó en la tina con un trozo de papel higiénico en las manos y retiró el cabello del rostro de su esposa. Danna no volteó a verlo pero mentalmente le agradecía aquello. Le entregó el papel y Danna lo miró avergonzada.-¿Estás bien...?-preguntó en voz baja.

¿Sera porque te amo?||Erick B. Colón.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora