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- ¿Bailamos, querido? - extendió su mano hacia su pareja, este mismo soltaba suaves risas bajas, mientras aceptaba su mano y ambos, hicieron una leve reverencia.
Aquel era un show especial, único, bueno no tan único, en eventos especiales aparecía Grimm y su pareja, Vessel, juntos.
Ya estaban acostumbrados a la mira de las personas, que no tenía sentido ocultar su relación, si una vez se besaron frente al público -lo cual recibió muchos aplausos, rosas y una pareja algo avergonzada por lo que soltó.- por lo tanto ahora podían hacer la danza más apasionada.
Algo que no se le acostumbraba a Grimm, a pesar de repetir este acto por cuatro veces anteriores de distintas maneras, era el dolor de cuello para mirar a los ojos de Vessel.
La mirada fija sobre los ojos de tu pareja siempre era esencial, y él no dejaría pasar aquello. Pero por la ridícula diferencia de altura tenía que sufrir la tortura de un dolor de cuello.
Claro que tardaba su tiempo en sentirse, pero tampoco es como si el baile fuera tan corto, ni siquiera se acercaba a serlo, no no.
Y aquí vamos, la música fluía lentamente con un tono más tranquilo y elegante, pero a la vez apasionado.
Vueltas, giros, despliegues, y uno que otro salto podía verse. Sin que nadie se diera cuenta la música tomo más ritmo y fluidez, causando que los pasos fueran más rápidos.
Ambos, con la mirada fija el uno a otro -con Grimm sufriendo, como no.-, tomados de la mano y girando siguiendo el compás de la música, ambos seres dejaban ver todo su destello a su máximo esplendor.
La llama cálida escarlata y el brillo inigualable del contenedor, juntas eran una unión perfecta.
Ambos, se separaron de inmediato dando giros y retrocediendo, en el momento que la inquieta música tomaba un pequeño descanso, ambos seres hicieron una corta reverencia.
Grimm sintió un gran alivio al tener que agachar un poco su cabeza, ahora sí consideraba cortarle un poco las piernas de Vessel.
El baile siguió y siguió de manera distinta a cada pausa que hacían. La belleza se extendía, pero todo tenía que llegar a su fin, incluyendo el baile, el evento, hasta el final del día.
Una vez que todos los enmascarados y una que otra persona que a Little Ghost se le apeteció invitar, tuvieron su descanso.
- Para este tipo de cosas, debería comprarme unas botas altas.
Entonces ahí el puro-no-tan-puro lo miro de forma acusadora.
- No contengo envidia sobre ti, pero el dolor es una odisea.
Río un poco, y se acercó con la intención de masajear un poco su cuello, lo cuál consiguió sucesivamente, Grimm no negaría un buen masaje, le haría bien, esbozó una siniestra sonrisa que para el contenedor, era tierno.
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Cabros, vayan a leer good for you, es de está misma pareja encima 😞🔫 Estuve unas semanas pensando, editando y esforzándome, nadie lo lee, feelsbadman.
