único

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_ Dime hermanita, ¿Ya le contaste a tu esposo nuestra primera vez?_ Cuestionó Elsa en su tono más gélido y firme. Anna frunció el ceño ante la confusión de aquellas palabras, levantó la vista para mirar a su hermana fijamente olvidando el libro en sus manos.

_¿Disculpa?_ tenia que rectificar aquello una vez más, si de pronto su oído fallo y la obligó a escuchar cosas donde no las habia, un error, solo una confusión de palabras, que supo no eran una broma cuando sus ojos conectaron con los de Elsa. _¿De dónde viene esa estúpida y ridícula pregunta? _ exigió saber Anna en un tono más autoritario del que quería.

_¿por qué estás tan a la defensiva?_ Elsa se levantó de un solo movimiento de la silla frente al escritorio  con la mirada de su hermana siguiéndola de cerca Es solo curiosidad y lo sabes_escupió las últimas palabras con la autoridad que Anna reconoció al instante como de la hermana mayor. 

Anna levantó una ceja seguida de un suspiro derrotado le dedicó una sonrisa de circunstancias que su hermana no correspondió. Elsa solía venir de visita una vez por semana y al menos una de esas ocasiones  se convertía en una escena similar. Anna sabía que tal vez las palabras eran distintas, pero el motivo de la irritación de Elsa era siempre el mismo. Anna entendía que ser hostil con su hermana solo lograría herirla más y también tenía claro que su comportamiento era desencadenando por un hecho que Elsa no podía frenar por más que lo deseara. Mientras la miraba, Anna recordó el momento cuando Kristoff tomo su mano cariñosamente en la cena, contando una anécdota tonta de ellos a Elsa, que lo miraba con una sonrisa he interés tan fingido que cualquiera que entrará en esa habitación podría notar los celos de su hermana, pero no el. No el bueno y tierno de su esposo que le llevaba un fiordo de ventaja si de ser despistado se trataba. Sabía que todo este teatro no era más que Elsa desquitando su enojo con ella, Anna comprendía que esta era la única forma que tenía su hermana para desahogarse porque de hacerlo con él, el problema que Elsa tendría sería aún mayor con ella. “Aun siendo una diosa, responde ante mí” y ese pensamiento calentó a Anna desde dentro.

Anna tomó el libro que aún descansaba sobre sus piernas colocándolo sobre el escritorio. La mirada de hielo de su hermana chocó directamente con la suya, ambas sabían lo que pasaría a continuación lo sentían en cada parte de su cuerpo. La tensión sexual era palpable en el ambiente. ¿Por qué decir que las cosas no pueden solucionarse con sexo? Si para Anna era justo lo que quería, lo que Elsa también deseaba. Se levantó lentamente sin apartar la mirada de Elsa hasta que estuvo completamente frente a ella. Anna desabrochó su capa dejándola caer en un ruido sordo a sus pies, Elsa sonrió juguetonamente al mismo tiempo que la puerta comenzaba a congelarse. Anna conocía esa sonrisa, nadie mejor que ella conocía el egocentrismo de Elsa a la perfección, sus bajos intentos también los dominaba con maestría, pues sólo Anna los conocía. Se acercó uniendo sus frentes, sus alientos mezclados con sus labios a milímetros de distancia. Elsa la tomo por la  cintura con manos posesiva, Anna acomodo sus manos detrás de su cuello y la sintió tragar grueso, sonriendo mientras terminaba por unir sus labios Anna sabía que no importaba cuantas veces lo hiciera, Elsa siempre se ponía nerviosa como la primera vez. 

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⏰ Última actualización: Jan 25, 2020 ⏰

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