Prefacio

2K 52 5
                                    

Prefacio.

Me senté en aquel gran sofá blanco a la espera de que por primera vez en mi vida, las situaciones se dieran correcta y ordenadamente.

Una mujer de edad media, largo pelo castaño recogido en un moño alto y embutida en un traje impolutamente limpio de color rosa palo, se acercó a mi.

- Buenos días - dijo y me regalo una hermosa sonrisa, no pude evitar hacer lo mismo.

- Buenos días

- ¿Está esperando al señor Turner? - preguntó, aun de pie frente a mi.

- Em...si. -

Mi voz sonaba nerviosa, ansiosa, y cargada de temor, como siempre.

- Eres algo tímida, ¿no?

- Supongo, si. - sonreímos.

- Marta, vuelve a tu puesto de trabajo, por favor. - dijo una voz de algún sitio que mi vista no alcanzaba a ver.

- Adiós querida, y suerte. - susurro antes de marcharse, haciendo que el ruido de sus tacones resonara en mi mente una y otra vez.

- Adiós...- susurre una vez que ya se había marchado y no podía oirme.

Fue en ese momento, allí sentada, sola, el momento en el que pude pensar en como mi vida cambiaría a partir de hoy, lo tenia todo claro, no mas sorpresas ni cabos sueltos, todo estaba perfectamente planeado en mi cabeza y saldría bien, debía salir bien.

No era típica en mi tanta positividad, de echo, mi rasgo mas característico era la negatividad, supongo que por eso me había ido tan mal últimamente.

- ¿April Alice Sanders? - Dijo otra voz.

Esta vez, un hombre cuyo traje, -también impolutamente limpio- era blanco con una corbata de color cían.

Al parecer todas las vestimentas aquí eran de colores claros, lo cual, no era mi estilo...en absoluto, aunque hoy, decidí vestirme mas adecuadamente.

- Si, soy yo. - conteste levantándome, intentando parecer segura de mi misma.

- Bien, la ultima puerta a la izquierda.

Y sin mas, se marcho.

Suspire, bien, puedo con esto, no es mas que una entrevista ¿no?

Me alisé la falda antes de coger el frío pomo alargado de la gigantesca puerta blanca, y con la respiración agitada y los nervios flotando a mi alrededor... simplemente tire con fuerza de la puerta y la abrí sin saber lo que cuya acción me depararía.

e-mailsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora