Ambos heridos, ambos jodidos mentalmente. Simplemente eran dos personas iguales en cuerpos diferentes. Sin embargo, ella era más pasiva y comprensiva; pero cuando se enojaba podía hacer el mismo infierno temerle. Él se airaba, pero ella era su paz. Cada enojo, cada mal día, lo calmaba con tan solo una mirada de ella. Como aquel día que salía enojado de los pasillos de su empleo, ella caminaba junto a su amiga y cruzaron miradas. Él la amaba, y ella lo sabía. Por más que lo negara, ella lo sabía. Pues estos dos siempre fueron tal para cual, estuviesen juntos o no. En sus peores días una mirada de él, la hacía a ella olvidar toda su depresión. Él era su lugar seguro, sus brazos eran el mismísimo cielo para ella, y el nunca fallaba para llegar al instante que ella estaba apunto de caer en el abismo. Eran algo fuera de este mundo, y aunque nadie los quiera juntos, ambos saben que siempre se saldrán con la suya al fin del día. Pues todos pueden intentar mantenerlos separados, pero sus corazones siempre tendrán el nombre de cada uno enmarcado. Un tatuaje permanente que nadie podrá borrar.
-Anne Rosario
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Frases III
RomanceNuevamente aquí con frases. Si os gusta, les invito a leer los primeros dos libros.