~*~ Giro 180 grados ~*~ ✔︎

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>3 años después<

-2019-

>>"Alyssa... ¿Que haces?"<<

>>"¡Baja el arma ahora mismo!"<<

— Buen Padre, buen hijo, buen esposo... —

>>"Espera, lleguemos a un acuerdo"<<

>>"Te puedo destruir si así lo quisiera, no serías nada sin mi"<<

— ... hoy unidos aquí, nos despedimos de un hombre de familia; trabajador, honrado, amoroso, solidario... —

>>"Yo fui quien te saco de aquel basurero"<<

— ... tus seres queridos hoy lloran tu perdida...—

>>" Eres una ramera y lo peor es que siempre lo he sabido y aun así me casé contigo"<<

—... pero este día Dios te recibe con las puertas del cielo abiertas... —

>>"¡NO!" "Espera..." <<

>>"Prometiste que no lo harías" <<

— ... descansa en Paz y protege por siempre a tu familia desde donde estés. —

>>"¡Espera!" << >>"!NO LO HAGAS!"<<

—AMÉN.... —

El dulce recuerdo de las últimas palabras de mi difunto esposo viajaba por mi mente, y con el, inconscientemente, una sonrisa burlona se plasmaba en mis labios en pleno funeral.

En cuanto el cura terminó de hablar mi mente hizo un click instantáneo, borrando cualquier gesto de burla o triunfo de mi cara.

Estoy siendo demasiado descuidada, y si bien haber acabado con la vida de aquel viejo verde me trae demasiada satisfacción, esta no es la imagen que una recién viuda debe mostrar, y mucho menos llevándose a cabo el entierro de su difunto esposo. Ya tendré tiempo para celebrarlo mientras me pudro en su dinero.

Por instinto y con mucho cuidado repaso con mi mirada a todos los presentes, serciorándome de que ninguno se haya fijado en mí anteriormente, no quisiera que nadie empezara a sospechar cosas acertadas.... y para mi alivio todos están demasiado ocupados llorando que al parecer ni siquiera pueden levantar sus miradas del suelo o mirar a los lados.

Que estúpidos.... no se porque se empeñan en seguir lamiéndole las botas incluso después de muerto a un viejo que ni sus hijos querían.

Sus hijos... Alan...

De golpe mi mirada cae a mi lado, a tan solo centímetros de mi se encontraba el hijo mayor de el difunto, su mirada estaba clavada en mi, a mi cara, a mis ojos, mientras los suyos me hacían entender que dentro de su cabeza solo había una cosa: ira.

No me cabe ni la menor de las dudas de que se había tragado todo el show de mi despiste; mi sonrisa burlona, mi mirada triunfante.... ¡¡Maldita sea!!.... eso solo lo alentará a sospechar más de mi de lo que seguro ya hace.

AcendradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora