M E T A M O R F O S I S

El nacimiento de un ser maligno

Los fuegos artificiales seguían lanzándose y explotando en el aire después de un tiempo. El confeti manchaba de multicolor el pasto después de ser disparado por todas partes. Los gritos y aplausos aún se alcanzaban a oír desde la lejanía. La gente de Karmaland estaba festejando y felicitando a su nuevo alcalde que ayudaría a mejor su vida y la de sus guerreros. Todos estaban en celebración, excepto uno. Esa persona se hallaba en la cima de una colina, en su casa, viendo desde las alturas el bullicio de todo el evento mientras sostenía un mapa entre sus manos.

Hace meses atrás; un joven alegre y de buenas intenciones, querido entre sus amigos, se había propuesto a ser alcalde para mejor la vida de su gente. Había habido ataques y asesinatos en el poblado de Karmaland que se estaban saliendo de control cada día. Por eso, los Dioses habían permitido hacer elecciones para un alcalde detuviera los atentados contra su pueblo, se hiciera cargo de las demandas y las necesidades.

El joven había visto la oportunidad perfecta, queriendo apoyar y mejorar todo a su alrededor. Comenzando a hacer propaganda de su campaña: Vota por Luzu. Al principio todos los demás guerreros estuvieron de acuerdo, apoyando a su amigos hacia el camino de la política. Las ideas eran buenos, procuraba una vida estable y llena de paz. Y aunque estuviera un grupo terrorista contra él y los demás, nada lo detuvo, siguió trabajando en sus propuestas apoyándose de todos.

Pero su camino se fue yendo cuesta abajo en el momento en el que creyó en un amigo que comenzó a traicionarlo después de abrirle los brazos a su campaña. Mangel se había postulado para la alcaldía. Lo que Luzu no sabía es que ese era el comienzo de todo lo que se desataría después. En ese momento ya nada era un juego, la competencia iba en serio.

Pasó el tiempo, el castaño se estaba concentrando en su campaña, ayudando a sus amigos o a los aldeanos, ganando el favor de ellos, demostrándoles que podía ser un alcalde amable y respetado pero los atentados y jugarretas contra su vida fueron cada vez más constante. Y aunque siempre lo veía con humor, viendo lo bueno de la gente siempre, poco a poco la semilla de la ira y el dolor iba incrementando en su ser.

Todo comenzó a salirse de control en el momento después de que Lolito se había postulado también para la alcaldía después de haberse ofrecido como el guardaespaldas para Luzu. El dolor fue ocultado, mostrando una sonrisa a los demás de que estaba bien con la elección de sus amigos, pero en el fondo sabía que eso no era así. Él siguió siendo el Luzu buena onda y amigable que todos querían y conocían.

Comenzó a estar solo, acompañado de sus animales y Manolo, sus amigos ya no visitaban y se reían de él aprovechándose de su amabilidad. Las minas y risas cada vez aparecían más y la estabilidad de Luzu iba cuesta abajo, pero él sabía que nada lo iba a detener, iba a ganar la alcaldía.

Pero la herida comenzó a sangrar en el momento en que Auron, su pareja y amigo, se habían aliado con el enemigo; con alguien que había sido un psicopata asesino en serie y se estaba "reformando", metiéndose en la política como si fuera un juego. Poco a poco comenzó a perder los los votos de sus compañeros, Mangel se había salido de la contienda por un atentado contra su vida y a quien creía su pareja cada vez iba pasando más tiempo con otro que con él. Las peleas entre ellos cada vez eran frecuentes, tanto por la indiferencia de Auron como la inseguridad de Luzu.

Un día antes de las elecciones, ambos hombres se habían encontrado peleando. Luzu le estaba reclamando toda su falta de apoyo, traición, gritándole que jamás había considerado sus deseos (lo que él quería) y había estado siendo egoísta. Auron intentó defender su punto, diciéndole que todo lo había estado haciendo para él. Que no podría aguantar la presión de ser un alcalde, dejaría de ser amable y sería infeliz, que acabaría con su vida. Pero Luzu le seguía reclamándole que había dejado todo lo que le había dado por una aventura con un pelirrojo asesino que ya tenía un prometido. Que él podía lograrlo, que tenía poca fe en él como para manejar la situación. Seguía diciéndole que era una persona horrible, manipuladora, vil y que no conocía el amor ni la bondad; que era una mierda de persona.