Akaime →princesa encantadora |Editando|

Capitulo tres

Me encontraba durmiendo como un bebé, o cierto, ¡literalmente lo soy!, hasta que las ventanas de mi habitación se abrieron como si de uma torementa se tratara, asustandome.

—Lucas, ¡¿donde estas cuando se te necesita?! -grite internamente mientras que lágrimas del susto salían de mis ojos.

—Uhm, interesante. -dijo una voz masculina, grave y demandante.

Mire al lado de mi cuna, me encontre con un hombre con azabache con los ojos rojos, me asuste de inmediato al ver como sus ojos brillaban como los de un demonio.

Pestañe dos veces incrédula, tome una bocanada de aire preparándome y;

—¡¡WAAAAAAAAAAAAAA!!

Unas horas antes en una aldea lejana.

En una mansión, un grupo de niños se encontraban reunidos, era un día lluvioso, por lo cual, era él ambiente perfecto para historias de terror.

—El diablo abre la puerta en donde se esconden los niños y dice; ¡me los voy a comer a todos! -dijo un niño castaño con al menos 10 años con una sabana en sus hombros asustando a cuatro pequeños niños.

—¡HAAAAA! -gritaron los niños aterrados al escuchar la historia.

—¡Callate y vete! -dijo una mujer de mayor edad, reprochando a él castaño por asustar a los niños.-Si eso fuera cierto, ¿porque él diablo entraría por la puerta?

En ese momento la puerta de la casa se rompió dejando entrar una gran ventisca de aire, asustando a un más a los niños.

—¡Realmente apareció! -grito el castaño aterrado mientras lágrimas salían de sus ojos por el susto.

—¡H-hola! -grito uno de los niños, aterrado.

—Si no quieres morir humano, respondeme una pregunta. -dijo él himbre recién llegado con una actitud demandante, acercándose a la mujer mayor.

—B-bueno, lo hare por mi vida.

—¿Esta es la manera correcta de cargar a un niño? -pregunto el azabache mientras le mostraba la forma, dejando a la mayor claramente confundida.

Unos minutos más tardé...

—Tenga en cuenta la postura, si sostiene al bebé en una posición incómoda este reaccionará.

—¿Asi es como tengo que hacerlo?

—Si...si sostiene el cuello de esa manera se va a romper... -dijo la mayor.

—Jajajajajaja, ¡el señor apesta en esto! -dijo el niño castaño mientras lo apuntaba y se agarraba el estomago.

—Cielos, hasta yo se sostener aun bebé. -dijo una niña castaña con burla.

—Harchen, desaste de ellos. -dijo el azabache ojirojiso mientras buscaba la manera perfecta de cargar a un bebé.

—Encantado señor. -dijo su sirviente mientras aparecía repentinamente.

—¡#%%##%! -gritaron los niños a él unisonó.

—¡Nooo! -grito la anciana mientras tomaba de la cintura a él sirviente.-
¡¿de de verdad viene a aprender como cargar a un bebé?!

—No deberías preocuparte por esos insectos, ven a ver si lo estoy haciendo bien. -dijo él azabache mientras ignoraba la escena tras él.

—Maldita sea, ¡sueltame! -grito él sirviente a la anciana.

—¡Alguien haga algo con este hombre!

Tenia los ojos en blanco mientras miraba, al que al parecer, era mi padre, él cual me tenia entre sus brazos con sumó cuidado, lo cual agradezco.

—¿No es linda padre? -pregunto Lucas, el cual llego al escuchar mi grito de auxilió.

—Lo es. -dijo él hombre, el cual me cargaba, con una sonrisa en sus labios.