Pov Jennie.
Estaba viendo unos archivos para la reunión de mañana, cuando de pronto mi computadora se apaga.
– ¡MALDITA SEA!.—Golpeé el escritorio—Ahora tendré que rehacer los archivos...—Suspiré mientras sobaba mi sien.
Decidí llamar al encargado de la electricidad, para ver si podría hacer algo.
– ¿S-señorita Kim?.— ¿Por qué demonios es tan tímida?.
– La computadora se ha apagado sin razón. Ven a arreglar éste problema inmediatamente.— Corté la llamada. Suelo ser un poco tosca, pero mi trabajo es mantener mi autoridad y respeto. Al cabo de unos dos minutos tocaron la puerta.— Pasa.— Dije.
– He venido a ver el problema. ¿M-me puede decir cómo se apagó?.— La chica era alta, usaba unos lentes que la hacían ver como una completa nerd. Su cabello era castaño, y sus labios eran gruesos. Tenía bonitos rasgos faciales.
– Estaba viendo unos archivos, y de pronto se apagó sin razón alguna.— Le respondí.
– ¿Hizo algún ruido extraño, antes de apagarse?.— Preguntó, acercándose a la computadora. Me hice a un lado, para dejarla ver tranquilamente.
– No, solo se apagó sin razón.
Ella se agachó, y se metió debajo del escritorio. Sin quererlo, completamente, miré su trasero. Era redondo, aunque no muy voluptuoso. La verdad, tenía un trasero sexy...
– Creo que encontré el fallo. Seguramente movió algún cable.— Se movió un poco. Demonios, sí es algo sexy...
Me moví un poco incómoda por la humedad de mis bragas. ¿Cómo era posible?. Seguramente la falta de sexo me hace querer coger a cualquier cosa que se mueva.
Por mi mente pasó lo más estúpido que pude haber pensado, y sin siquiera darme cuenta, ya estaba abriendo mis piernas.
Con una de mis manos comencé a estimularme por encima de la braga.
¿Movía tanto su trasero para provocarme?. Lo está logrando...
– Ah...— Solté un suspiro, involuntariamente.
– ¿Dijo algo?. No la pude escuchar...— Dijo. Me asusté al pensar en que en cualquier momento podría verme, pero a la vez me excité. Debo estar loca...— Listo, ahora solo debe reiniciar la computadora.— Dijo, mientras retrocedía. No tuve tiempo de nada, y ella me miró desde el suelo. Bueno, básicamente estaba casi entre mis piernas.— ¿S-s-señorita Kim?.— Su cara estaba roja.
– Ahora quiero que me arregles éste problema.— ¿Enserio estoy haciendo ésto?. No puedo evitarlo, sinceramente.
– P-pero, señorita Kim, yo tengo pareja...— Me miró apenada.
– ¿Tengo cara de que me importa?.— La miré seriamente. Verla tan vulnerable hace que me excite aún más.— ¿Quieres terminar en la calle?.— Comencé a extorsionarla. Ella negó con la cabeza, mientras desviaba la mirada.— Comienza.— Abrí un poco más mis piernas.— Quítame las bragas.
Ella respiró profundamente, y se recargó en sus rodillas, para que con sus manos pudiera deslizarlas por debajo de mi falda. Tenía unas manos grandes, ardientes, y suaves. Ya deseaba tenerlas en dentro de mí...
– Listo.— Dijo, mientras se removía. ¿Por qué está tan retraída?. Digo, no es como si alguien como ella pudiera resistirse a alguien como yo.
– Bien, comienza con un oral. Si lo haces mal, tendré que descontarlo de tu sueldo. ¿Queda entendido?.
– Sí, señorita...— Acercó su rostro a mi entrepierna, y posó sus gruesos labios en mi clítoris, besándolo con avidez. Cuando sentí su lengua, caliente, me sentí morir. ¡Que buen oral!.
– Maldición...— Gemí, mientras intentaba mover mis caderas.— Usa tus dedos.— Ordené.
Primero me tocó, y los repasó por mis labios, y finalmente comenzó a introducirlos. ¿Tan largos eran sus dedos?. Creo que estoy por venirme...
Y así fue, me corrí en sus dedos. Hace tanto tiempo no tenía un buen orgasmo.
– ¿E-estuvo bien?.— Preguntó. Seguramente preocupada porque no le baje el sueldo.
– Eh, sí, claro...— Intenté reponerme.
– ¿P-puedo irme?.— Sus manos escondían algo entre sus piernas.
– ¿Qué llevas ahí?.— Alcé una ceja. No porque me haya hecho un oral significa que puede robarme.
– Y-yo...— No se movía, y parecía pálida.
– Muéstrame qué llevas ahí, ahora mismo.— Ordené. Ella negó varias veces con la cabeza, hasta que, después de amenazarla con despedirla, finalmente lo hizo.— ¡Oh, Dios mío!.— Me sorprendí por la magnitud de aquella cosa.— ¿Es real?.
– Sí, señorita. ¿P-puedo irme?.— Claro que no.
– Bájate los pantalones.
– ¿Q-qué?.
– Bájate los pantalones.— Repetí.
– P-pero--
– No lo diré otra vez.
Hizo caso a mi orden, y se quedó en bóxers. ¡Demonios, hasta podía ver como sobresalía un poco!.
Me acerqué a ella, era más alta que yo, pero por suerte llevaba mis tacones más altos, por lo cual podía llegar casi a su altura.
– Ahora...— Me alejé, y con una mano aparté todo lo del gran escritorio. Me dí media vuelta, dejándola ver mi trasero, mientras levantaba mi falda. Me apoyé en el escritorio, para sostenerme de algo.— quiero que me folles.— Finalicé.
Sentí sus pasos, seguido de sus manos acariciando mi trasero. Sentí como la punta de su pene estimulaba mi entrada, y luego se hundió en mí lentamente.
– ¡Ah!...— Solté un pequeño gemido. Me sentía llena.— ¡Muévete!. ¡Quiero sentirte!.
Comenzó a dar embestidas cada vez más fuertes y rápidas. Me estaba sintiendo débil, y mis piernas no podrían resistir mucho más de tanto placer. Ella al percatarse, tomó una de mis piernas y la levantó, sosteniéndome. Que considerada...
Me sentía pronta al orgasmo, y ésta vez iba a ser fuerte. Me sostuve lo mejor que pude del escritorio, mientras ella daba una última y gran embestida que terminó por aumentar la intensidad de mi orgasmo.
– Vente...dentro de mí...— Dije como pude. Y sentí como su espermio me llenaba, y luego comenzaba a caer por mis piernas.
Bajó mi pierna y me ayudó a sentarme.
– Y-yo...¿P-pued--
– Puedes irte.— Me adelanté. Ella asintió, mientras tomaba sus pantalones. La miré en esos segundos, y luego, la llamé otra vez.— Espera, ven.— Le dije, y ella se acercó a mí. Rápidamente la tomé de la nuca, y posé mis labios en los suyos. Ella me siguió el beso sin rechistar, e incluso usó su lengua. Tenía sabor a mí.
Al terminar el grandioso beso me miró.
– Ahora puedes irte. Tal vez te mereces un ascenso...— Sonreí. Ella me sonrió de vuelta, y se fue.
Meses después...
– ¿Señorita Kim?.— Contestó.
– Ven a arreglar mi computadora.— Corté.
Así habíamos comenzado una relación netamente sexual, entre Manoban, y su jefa oportunista.
________________________Holi, ahre.
Quería darle créditos a gemi2_rosita por la portada ♥.
Vayan a leer sus historias :3
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Jefa oportunista.- Jenlisa [Oneshot G!P]
FanfictionLisa es llamada por la jefa para arreglar un fallo en la computadora. No sabía que ese día su vida cambiaría por completo.