Juguemos.

-Es obvio chicos, por favor. -un mazo de cartas fue revuelto ágilmente con las manos quemadas de un individuo no muy confiable, con dos hombres alrededor de él observando sus movimientos- ustedes son tan lamentables.

Uno de los dos hombres alzó una ceja con molestia y comenzó a mover su pierna frenéticamente, casi masticando la nicotina de su cigarrillo.

Pará entonces el moreno ya había empezado la repartición de cartas, mientras se le escapaban algunas risillas- No me lo puedo creer, me siento decepcionado. -El rubio de la nicotina molida por sus dientes pareció sobar su frente con fuerza, irritado, intentando calmarse y esperando que esa fuera la última provocación.

para repentinamente escuchar como se soltaban las carcajadas que hicieron temblar su último nervio tranquilo. Tanto asi que no tardó en azotar la mesa y señalar acusatoriamente al moreno de nombre Usopp.

-¡Callate, maldita sea! No me di cuenta porque estaba pendiente de su jodida comida. Maldición. -su contrario achino sus ojos sin creerle, poniendo labios de pato.

-Excusas -dijeron al unísono el de la extraña mueca y un peliverde que recién despertaba del quinto sueño. Sanji, el del cigarrillo, terminó por mentarles unas cuentas maldiciones más y finalmente desaparecer del lugar. Completamente ofendido con el estúpido juego y sus participantes en primeras.

Usopp y el de extraño musgo, Zoro, se miraron, y el primero sonrió con malicia.

-¿Y bien, Zoro-kun?, ¿Tu también te iras? -murmuró haciendo referencia a Sanji. El susodicho alzó los hombros, hasta ese punto ya no le importaba.

-No. -nego, pero para el pesar del Moreno, este terminó por acomodarse para echar otra siesta- sin embargo, tampoco pienso jugar.

Usopp flaqueo mientras se deslizaba contra la cubierta, pensando en lo aburridos que se tornaban sus nakama por unas cuantas pérdidas y trampas. Sin embargo, recordó de repente que en aquel barco, existía una persona que seguro y aguantaba jugando sus cachivaches durante horas. Fue entonces que pego el grito a la cocina desde abajo.

-¡Heeeeeey, Luuffyyyy! -llamó con entusiasmo, intentando incrementar el ruido rodeando su boca con ambas manos- ¡Juguemos, juguemos!

Un pelinegro con sombrero de paja no tardó en aparecer saliendo como un rayo de la cocina, con una sonrisa estúpida en la cara que terminó sacándole a usopp una risa de satisfacción.

-¿¡Juego!?

-¡Si, si, Baja!

En un santiamén el de sombrero de paja salto a la cubierta quedando sentado al lado del musgo que 'dormía' plácidamente, este le saludo con entusiasmo, y el contrario solo gruñó de vuelta.

-Bien, Luffy, jugaremos a las cartas, por lógica sabes como, ¿no? -su fiel amigo le observó sin una pisca de reacción, usopp comprendió y lanzó un suspiro que escondia intenciones contrariadas- Okey, el gran usopp te enseñará. Mira, El joker es un juego...

Luffy formó su boca en una redonda 'o' totalmente interesado a medida que se explicaba el juego, Zoro pensó en lo tonto que se estaba tornando esto. Más que cualquier cosa en lo tonto que era su capitán. El juego de usopp era extraño, y aunque su orgullo fue herido al seguir jugando a ciegas, le bastó con darse cuenta y pararlo antes de ser vencido. Hubiera pedido revancha claramente, pero un juego era un juego. Al final no podía contrariar o arrepentirse. Sin embargo, intentar ajustar un poco el juego a su beneficio no parecía mala idea.

Por ello, cuando la explicación dio por terminada y ambos ya tenían cartas repartidas, habló.

-¿Que tal si apuestan algo?