luz de parís

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La fría noche de París en invierno les dió un cariño especial, mientras caminaban hombro con hombro hasta la atracción principal de la ciudad

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La fría noche de París en invierno les dió un cariño especial, mientras caminaban hombro con hombro hasta la atracción principal de la ciudad. O mejor dicho, del país entero. Entre bufandas grandes y guantes, y botas, abrigos, miradas cariñosas, el gélido viento no era tan molesto como parecería a primera vista: no, ellos apenas le prestaban atención al clima despejado pero helado. Ellos miraban a la luna y murmuraban chistes, reflexiones entre ellos mismos.

Siempre fue un problema ser pareja dentro de la industria del entretenimiento, pero no es como si no lo disfrutaran. Podía ser molesto el no poder salir nunca juntos sin que saltaran las especulaciones, el no poder interactuar sin que se les salieran las miradas y las sonrisas, el no tener la oportunidad de gritar al cielo 'te amo', tomándose de las manos mientras caminaban en una marcha por el orgullo. Sí, era hasta estresante. Pero de ése mismo estrés salían las caminatas por lugares escondidos, en las noches, y era ahí cuando todo valía la pena.

Porque JiMin y JeongGuk no hallaban nada más romántico que caminar a la luz de la luna mientras hablaban de videojuegos o rutinas de ejercicio. En París, de noche, era difícil pasar desapercibido, pero lo estaban logrando al vestirse lo más parecidos posible a un parisino cualquiera, caminar alejados de las grandes calles, de evitar todo lo que fuera fiesta y color. Bajo la bufanda, JiMin sonreía y tarareaba baladas de Alec Benjamin, seguido de JeongGuk susurrando al cielo oscuro las armonías de Lauv y Troye Sivan. A veces, sus pies chocaban, y hallaban comodidad en el silencio de sus manos y miradas afectivas.

Desde el hotel hasta la torre Eiffel no fue una gran caminata, porque estaban unas cuadras más arriba del enorme monumento nacional, por lo que apenas llegaron, JiMin corrió hacia el centro bajo, al medio de las cuatro grandes patas de metal. Extendió sus brazos y le exclamó a JeongGuk desde la alegría de su pecho:

— ¡Soy muy feliz, amor! ¡Muy feliz!

JeongGuk sacaba todas las fotos posibles con su teléfono, sonriendo también y acercándose poco a poco, sus pasos haciendo un eco sordo en el piso de cemento. El lugar estaba vacío, la gente prefería ir a un bar o a una disco en vez de visitar algo que veían todos los días, y dudaban que hubieran más extranjeros aparte de ellos, pues no era temporada de viaje aún y el concierto era en tres días.

Cuando llegó a su pareja, el más alto lo abrazó y alzó en el aire, dando un par de vueltas como lo haría el protagonista de una película de comedia romántica. Las manitos del castaño se aferraron a su espalda y cabeza mientras cerraba los ojos y se dejaba llevar por aquel murmullo de mariposas que su estómago le entregaba. Siempre sentía ésa emoción cuando la alegría lo invadía de pies a cabeza, logrando un poco de nervios y expectativas a lo que pudiera venir después.

— Ay, me estoy mareando, Gguk ah. — rió JiMin, haciendo que JeongGuk lo dejara en el suelo mientras los parlantes callejeros del lugar les reproducían música sólo a ellos. La relajante voz de Charles Aznavour los hacía sumirse en su propio mundo, mientras el más bajo tambaleaba y JeongGuk se reía de él antes de tomarlo del brazo y ayudarle a mantenerse estable en su sitio. Aznavour cantaba sobre Venecia cuando decidieron caminar hasta una banca cercana y sentarse a admirar las luces cercanas de la torre.

LA VIDA EN ROSA 𐙚 バラ . GGUKMIN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora