KingFall

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-¿Han oído hablar del príncipe Ace?- Comentaba una de las niñas en aquella habitación.-Nació siendo mitad bestia, pues su madre lo era. Un ser que no es humano pero tampoco un "Freets".-La joven que relataba, observo como su historia estaba haciendo temblar a sus amigas y sonrió.

-Solo nos quieres asustar, Isabel- Reclamo la chica rubia,era la mas adulta de las tres.-A mi me han contado otras cosas... como su interés en el arte, literatura e incluso en el drama. También sobre su maestría con la espada y lo diestro que es en estrategia- Volteo a ver a la pelirroja que escuchaba con mucha atención a sus dos amigas-Por no mencionar que es un galán y buen mozo.

-Pero ninguna de sus habilidades quita lo que dije- Reclamo Isabel, fijando también su mirada en la pequeña de cabello rojo.-Deberías insistir a tu padre que mañana no asistan los soberanos de Astrid,quizás en vez de un banquete, nos prefieran a nosotros servidos y listos para comer.

-Astrid es el reino limite entre nosotros y los impuros, el ultimo bastión de defensa, por supuesto que han de venir a conversar con nuestros padres y demas reyes sobre las futuras decisiones- Contradijo la rubia.

-Isabel... Esmeralda... Gracias por su preocupacion- La pelirroja se levanto y camino hacia la ventana, al abrirla, un tenue viento movió sus cabellos- Pero no deberían hablar tanto de ese chico antipático y poco educado, pues lo conocerán apenas mañana. 

Año 1030 D.C. en lo que nosotros conocemos como plena edad media, los hilos entre este mundo y Albion, un reino de magia y criaturas, no estaban del todo separados, pues al sur de Europa, existía otro continente, el cual hacia aun mas grande al viejo mundo. El continente era Sertian, donde solo había un reino y este regia en su totalidad aquel espacio, repleto de frondosos arboles y vegetación, con criaturas que ya hoy han desaparecido o permanecen escondidas al ojo humano. Las relaciones entre Albion y los demás reinos en Europa eran malas, llamando a las criaturas que habitaban el reino anexo como "Freets", lo cual significaba "impuros o indignos de dios", todo debido al avance de la iglesia en los demás reinos, la cual oprimía o simplemente negaba su existencia, pero existían y por mucho que se intentaran separar, vivían en un mismo planeta. 

La iglesia, para asegurar la separación entre los Albianos y humanos, creo la institución conocida como "Temple" y a sus caballeros los llamo emisarios de la justicia divina. Ellos tenían un solo propósito, el cual era erradicar cualquier indicio de "Freets" en Europa y para hacerlo, harían cualquier cosa que hiciese falta, incluso usar las habilidades de quienes perseguían. En todo este caos, fue erguida una ciudad, justo en los limites de Europa y Sertian, la cual tomo el nombre de Astrid y fue encomendada al mas fuerte de los caballaros de ese entonces, doscientos años atrás. 

Hoy, la iglesia exije a los reinos de España, Cataluña, Francia, Inglaterra y Portugal, hombres para pelear mas allá de Astrid y reclamar territorios de Sertian como territorios cristianos. Por esto se convoco a una reunión en Francia, el mas centrado de los cinco reinos, para discutir sobre la petición de la iglesia añadiendo la participación del soberano de la ciudad fronteriza para iluminarlos sobre los peligros que existían mas allá de sus fronteras pues es el quien ha tenido que retener las incontables hordas de ascendientes Albianos quienes han querido atravesar las puertas de su castillo por cientos de años pero no lo han conseguido.

-¿Tienes calor?- De camino a Francia, no solo la temperatura cambiaba, el paisaje era mas ameno pues en Astrid la gran mayoria de este estaba destruido por las batallas.- Podrias por lo menos ponerte una camisa.

-A diferencia de ti padre- El joven tenia orejas de animal y los ojos completamente amarillos, iba descamisado y con un pantalón negro. Su pelo era largo, le llegaba hasta un poco mas allá de la cintura,  tenia ademas un tono blanco puro, al igual que la nieve. Era Ace Zetis, príncipe de Astrid.- Yo tengo algo mas de pelo y este cambio no es tan sencillo