【𝘿𝙚𝙛𝙞𝙣𝙞𝙩𝙞𝙫𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙩𝙚 𝙨𝙖𝙡𝙫𝙖𝙧é】[Rengoku Kyojuro]

"Vacío"

Omnisciente

Todo lo que se propone, lo consigue. 

Aquel pelinegro hasta podía reír al volver a ver a la misma insolente en tan mal estado. Definitivamente podía morir de la risa al ver toda la esperanza, ese orgullo y su implacable moral, derrumbados como vidrios quebrados. 

—Señor— Sus fieles sirvientes se agacharon de manera sincronizada— La hemos traído— Ambos se levantaron y la mano del más alto terminó arrojando a Ritsuko al suelo. 

Pero no hubo ninguna queja de dolor. No hubo ninguna reacción. 

Al salón estaba llegando el trío más fuerte que tenía, las quejas de Akaza y las escandalosas risas de Douma se detuvieron al ver todo lo que pasaba. El rubio cambió su sonrisa a una expresión de sorpresa. 

"Qué está haciendo... algo está mal" Pensó el rubio mientras apretaba un con fuerza su fiel abanico. 

—Señor— Kokushibo saludo respetuosamente mientras que sus dos acompañantes hicieron un ademan con sus cabezas. 

Pero el pelinegro solo rechistó, ahora quería que nadie interfiriera con su esperado reencuentro con la respuesta de sus problemas. 

—No les he pedido que vinieran—Dijo de manera hostil. 

—Lamento interrumpir, pero he recibido información de la sede de cazadores— Explicó la luna superior uno. 

—Luego lo veré. Ahora todos váyanse—Con la severidad en su tono de voz, los demás captaron el mensaje sin rechistar.

—Como lo ordene— Dijeron los demás mientras desaparecían. 

El de ojos escarlatas soltó un suspiro y regresó su atención a su víctima. Caminó hacia ella sin quitar su mirada arrogante, pero por parte de la castaña, ella tenía su vista perdida en quien sabe que, sus opacos ojos azulados no enfocaban a nada en realidad. 

Era una vista deprimente. 

—Veo que nos volvemos a ver, Ritsuko— Habló con altanería— Pensé que pondrías más resistencia. Eres decepcionante— Pero la castaña no le respondía, esto provocó que el pelinegro frunciera su cejas—Tienes mucha valentía para seguirme ignorando, maldita— La idea de aplastar su cuello y acabarla en segundos era demasiado tentador.

Pero él mismo se recordó lo importante que es ella ahora. 

—Parece que ya no puedes sentir nada— El pelinegro se calmó— Eres como un frasco vacío— Estando frente a frente con la castaña, él se acuclilló y tomó entre sus pálidas manos esos fríos cabellos castaños. 

Cabellos sin vida, ojos que solo buscaban la muerte para detener ese infierno que está viviendo internamente. 

"No me toques"