Capítulo N° 21

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Narra Simón

Fui a saludar a los chicos, estaban bailando. Luna me dijo que estaba muy buena la fiesta y siguió bailando con Nina. Me fui de nuevo a dónde estaba Matteo y bailé saltando, tomando su mano. Me sentí feliz de poder estar con él ya que nadie reconocería quién estaba conmigo por el maquillaje.

Bailamos mucho con la música que colocaban y escuchamos cuando Luna empezó a cantar.

- Estoy cansado, bailamos mucho - Me confesó Matteo

- Te acompañaré para sentarnos - Le dije.

Aceptó y nos fuimos a sentar. Nos sentamos uno al lado del otro y empecé a acariciar su cabello. A Matteo se le sentía su respiración agitada.

- Matteo, ¿Estás bien? - Pregunto

- Sí. Estoy contigo - Responde

Sigo acariciando su cabello hasta que le doy un beso en su hombro y me fui para volver a bailar con los chicos.

Seguí bailando y unas manos tomaron de nuevo mis hombros.

- Llegaste a la pista - Susurro

- Sí, es bueno estar contigo - Al escuchar la voz, doy la vuelta y me encuentro con Ramiro.

- Ramiro, ¿Qué haces aquí? - Digo

- También estoy invitado, cómo tú - Responde

- Qué bien, así podrás conocer a alguien más - Dije

- Simón, no me trates así, yo te amo - Habla tomando mí cintura y acercándome a él.

- Ramiro, ya no somos nada - Aclaro tomando sus manos para apartarlas.

- Fue sólo un malentendido, yo sé que fue así, no me dejarás nunca y yo no te dejaré a ti - Sigue y me acerca hasta el punto de besarme.

- No - Dije empujándolo leve - Ya no somos nada, todo quedó atrás, Ramiro

- Te seguiré toda la noche hasta que regreses conmigo - Afirma

- Ya no, ¿Sabes por qué? Porque ya me voy - Solté y con toda la furia, caminé hacia la salida.

Narra Matteo

Estaba sentado tomando agua y veo de lejos cuándo llegó Ramiro, era muy claro por cómo tomó a Simón y por su cabello. Estoy enojado porque se van a besar pero luego vi cómo Simón se iba a la salida, tenía que seguirlo. Al levantarme para irme, lo iba a seguir pero Ramiro me detuvo, quizás vio que lo iba a seguir.

- Vaya, vaya, Matteo. Sí que volviste - Dijo.

- Permiso, Ramiro, no quiero tener que golpearte, no hoy ni Ahora - Respondí

- Sólo una cosa, Simón no estará nunca contigo, yo soy su tipo de chico y tú no - Habla

- Eso lo veremos - Dije caminando y chocando mi hombro con el suyo.

Seguí hasta donde iba Simón, vi que fue caminando. Llegué hasta detrás de él y toqué su hombro. Vi cómo se sobresaltó y volteó a ver quién era.

- Matteo - Dijo al ver quién era y me abrazó fuerte poniendo su cabeza en mi hombro.

- Soy yo - Dije sarcástico.

- Sí, eres tú - Susurró riendo.

- ¿A dónde pensabas ir? - Pregunto

- A mi casa. Perdón por dejarte solo, es que no podía tolerar más nada - Dijo levantando su cabeza para vernos frente a frente

- Ramiro, lo sé pero no le prestes atención. Aquí estoy yo para ti - Dije sincero

- Gracias, Matteo, tú si eres un chico de verdad - Responde

- Tranquilo, sólo vayamos a casa - Dije tomando sus mejillas.

Se escuchó un auto a lo lejos, podía ser un taxi. Volteo a ver y sí era. Alcé mi mano para que parara para montarnos en él. Di la dirección de la casa de Simón y nos estaba llevando hacia allá.

- Matteo, ¿Y el tuyo? - Preguntó tocando su brazalete

- Dónde Carmela, en una caja fuerte, ¿Recuerdas que te había dicho? - Pregunté

- Sí, sólo pensé que sí te lo habías llevado - Dijo

- lo buscaré, es una promesa- Respondí

- Está bien, amor - Susurró

Al llegar, le pagué al taxi y subimos a la habitación. Simón fue a tomarse una ducha y cuando salió, entré yo. Me quitaba todo el maquillaje de la cara, duchaba mi cuerpo y lavaba mi cabello, al igual que hizo Simón.

Simón me había prestado ropa, me la puse y luego bajé a ver qué hacía. Lo encontré en la cocina, estaba revisando la nevera.

- Simón, vayamos a acostarnos - Pedí

- No, debemos comer algo, de seguro tienes hambre - Dice

- No, así estoy bien. Te lo agradezco - Hablé

- ¿Y no comerás junto a mí? - Preguntó como un niño tierno. No podía evitarlo.

- Okey, pero algo sencillo - Dije

Hicimos sándwich y comimos sin hablar, mirándonos a los ojos. Al terminar, Simón tomó nuestros platos y los lavó, estaba detrás de él. Al terminar, volteó a irse cuándo se encontró conmigo

- Gracias por la cena - Sonreí

- No es nada - Responde - ¿Nos acostamos?

- Sí, vamos - Contesté

Subimos a la habitación y nos acostamos en la cama, dejando la luz apagada y con mi teléfono en mis piernas flexionadas para ver vídeos.

Vi a Simón y estuvo viendo todo este tiempo hacia otro lado. Estaba concentrado en otra cosa y creo saber qué es.

- Simón, Simón

- ¿Ah? Perdón, estaba pensando - Me responde desconcertado.

- ¿Aún es por Ramiro? - Pregunto

- Sí. Es que no sé lo que le pasa, es muy arrogante y ha hecho muchas cosas malas, no sé por qué es así - Responde

- Por favor, no pienses en eso, vita. Estaré para ti siempre y te amaré. Él solo está haciendo esto para que estés con él - Dije besando sus labios muy lento.

- Gracias, Matteo, aprecio mucho que estés conmigo - Dijo acariciando mi mejilla - Te amo

- Y yo te amo a ti, Simón, mucho más de lo que crees - Hablé colocando mis manos en sus mejillas - Ahora vayamos a dormir, debemos hacer algo muy especial mañana - Besé sus labios y apagué mi teléfono. Lo coloqué en la mesa de noche y Simón se acercó a mi oído.

- Te amo - Susurró besándome - Me haces muy feliz, eres el único chico que amaré

- Yo te amo más, Simón - Respondí - Siempre estaré para ti, buscando darte amor todos los días. Mientras estés conmigo, nunca te faltará algo porque todo te lo daré

Abracé a mi Simón y besé su frente viéndolo cerrar sus ojos. Lo abracé por detrás y empecé a acariciar su pecho de una manera suave mientras me acurrucaba en su hombro. Era tan especial y tan bueno que nos quedamos así por un rato hasta poder quedarnos dormidos.

¿Seguiré Siendo Tu Amor Inevitable? (Sitteo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora