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Si a Louis le hubieran dicho que si salía a caminar por el parque terminaría dentro del carro de Harry Styles, con este mirándolo con la mayor adoración posible, no sé la habría creído.

Bueno, tal vez sí.

Y es por eso que, omitiendo los detalles del cómo, justo ahora Louis estaba viendo fijamente a quien alguna vez llamó "amor de mi vida".

—¿Por qué no puedes sólo dejar mi alma en paz?— Preguntó Louis, algo anonado por el bello color verde de los ojos del más alto. Y Harry no pudo evitar sonreír.

Bajó la mirada, decidido a comenzar a hablar.

—Lo siento. —Debía iniciar con una disculpa, porque Louis realmente merecía una— Cuando te fuiste, sentí miedo, sentí mucho miedo. Sentí que no podía lidiar contigo porque nos verían raro, pero cuando ya no estabas, sentí que me faltaba algo.

Harry planeaba continuar hablando, planeaba decirle por qué se sentía así, pero los perfectos labios de Louis se presionaron contra los carnosos labios de Harry.

Podía morirse en ese momento y no dejaría de besar a Louis. Podía asfixiarse. Podía abrir la puerta y saltar del puente que iban cruzando. Podía estrellar su cabeza contra el vidrio. Podía simplemente tener un paro cardíaco. Podía, pero regresaría su alma al cuerpo y la ataría con púas para que no se terminara ese momento.

Posó, con la mayor delicadeza que sus huesos le permitieron, sus brazos a los costados de Louis, haciendo a su vez una seña al conductor para que subiera el vidrio opaco. Jaló a Louis y lo subió a su regazo, no rompió el beso hasta sentir las amargas lágrimas de Louis bajar por sus mejillas.

—Cuando me fui, hice todo lo que habría hecho antes si me hubieras soltado. —A pesar de sus palabras, que parecían cargadas de nostalgia, sonrió— Y luego, en una pelea con un tipo gordo y un tanto millonario –en la que me drogué con anfetaminas y gatorade– terminé en una enfermería y decidí volver. Me llevé una sorpresa absoluta cuando supe que te casarías, supongo que no llegué a tiempo.

Harry bajó sus besos, que había comenzado a repartir por toda la extensión de su mandíbula, hasta su cuello. —Estamos a tiempo, estamos justo a tiempo.

Louis atrajo su rostro hasta que pudo pegar sus labios nuevamente, hechizado por las caricias que Harry proporcionaba en su cintura.

Este era el mejor uso del aquí y el ahora.

—Siento que te irás, siento que estoy soñando—. Susurró Louis entre lágrimas y besos.

Harry lo tomó por las mejillas, justamente cuando llegaron a la cabaña de Harry.

—No me iré. —Prometió.

—Yo tampoco— Aseguró Louis, pero lo dijo para ambos.

Y pasaron la noche como debían. Harry entre las piernas perfectas de Louis. Louis abrazado a Harry.

Sus cuerpos chocando en un vaivén lento de dos amantes que pedían del otro.

Sus mentes conectadas con el mismo pensamiento de ser uno.

El deseo carnal que llevaban arrastrando desde hace poco más de tres años.

El verde escabeche de los ojos de Harry devorando el cuerpo de Louis con la mirada.

El añil de los ojos de Louis moviéndose con diversión cada vez que rodaba los ojos por las ocurrencias de Harry.

Y luego, a la mañana siguiente, sonó el timbre.

Era Samantha. Malditos sean sus ojos azules. Malditos sean sus labios perfectamente pintados. Maldito sea su cabello negro, tan alborotado como siempre. Malditos sean sus pómulos altos. Maldito sea su corazón amable. Maldita sea su sonrisa sincera. Maldita sea su buena memoria. Maldito sea el sonido de su risa, como la un ángel. Maldita sea, era imposible odiarla.

Y, maldita sea, fue Louis quien le abrió la puerta. Y cuando la cerró, su corazón se cayó al piso y se quebró en mil y un pedazos.

Pero se recompuso cuando se dio cuenta de que no había motivos para sentirse mal.

Y sonrió, listo para inventar una mentira. Y Harry pensó seriamente en contratarlo como actor de cine.

Pero en el fondo, Louis sabía que uno de los pedazos de su corazón se quedó en ella.



Jaja brutaaaal. Escribí este capituló viendo Rapunzel, y sólo quiero decir que, aunque esto se ve muy bonito y todo, esta división sólo tiene cuatro capítulos y un anexo, así que después sólo les queda llorar.

Océanos [l.s.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora