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Cuando iban a bajar del tren la moza les dijo a los chicos.

- Niños la casa de mi madre queda a cinco cuadras de aquí. Yo los voy a rociar con un perfume que es parecido a los olores de un alfa.

La omega rocio a los dos adolescentes con un perfume de olor a pino y limón.

- Muestrame tus manos Robiee.

Robiee asi lo hizo y la mujer le mojo las manos con perfume.

- Recuerda tocar las escalerillas para que los sabuesos de los alfas se confundan con tu olor alfa y no te persigan. Además todavía no están en celo y sus olores del celo no se sienten.

Ambos niños tomaron las maletas que aquellos otros niños habían perdido. 

Junto con la moza llamada Germania, que había tomado sus equipajes empezaron a bajar del tren. La estación estaba casi vacia.

- Caminen despacio.


La venganza del omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora