Prólogo

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El mundo es neutro, tiene tanto cosas buenas como cosas malas.

No puedes hacer algo y no esperar nada a cambio, sea bueno o malo; esto incluso me recuerda la típica frase: “no hay acción sin una reacción. ¿no puedo solo hacer algo? En ocasiones dudo demasiado las cosas porque suelo pensar en todas las probabilidades que puede llegan a tener esa acción. Me gustaría, no, me encantaría no pensar mucho las cosas, ser más aventada y no pensar en las consecuencias…. eso solía pensar antes y me arrepiento de no seguir haciéndolo.

Mírame, pálida, en un hospital, con médicos y policías entrando y saliendo de mi habitación, con más “enemigos” que “amigos”, ¿pero saben que es lo que más duele? 

Las miradas, no de las demás personas, si no las de mi familia y eso que algunos no quieren ni mirarme…

Decepción, tristeza, angustia, incluso miedo, todas esas palabras se quedan cortas siendo comparadas con lo que expresan todas y cada una de sus miradas. ¿quieres saber que paso? 

Te lo diré, no veo porque no podrías enterarte tú también de todo lo que paso, pero eso sí, te lo diré desde mi punto de vista, la verdad, no todas las mentiras que les han dicho a todos y se lo han decidido creer tan fácilmente

Todo comenzó con….

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