Paris, Francia. 1936.
Un apuesto hombre con traje, de cabellera negra y unos ojos verdes brillantes caminaba por las oscuras calles de Paris, cuando sin ningún tipo de aviso el viento antes inexistente lo envolvió en una ráfaga que lo hizo desaparecer.
Como siempre, nadie lo notó, esa clase de rareza es como el viento para las personas ordinarias, no lo ven, pero lo necesitan y en algunas ocasiones, lo sienten.
Atenas, Grecia. 1200 a. C.
Un hombre con túnica, de ojos verdes oscuros y cabello negro observaba el cielo desde una colina cercana a la amada Atenas, cuando una ráfaga de viento se formó a sus espaldas y de entre ella surgió un hombre de traje y las características similares al anterior mencionado, el de la túnica, que se hacía llamar Demian sonrío sin siquiera voltearse, él sabía quién era la persona que lo visitaba.
-Thierry, mucho tiempo sin saber de ti- Dijo con su sonrisa petulante, pero los ojos llenos de cariño hacía su hermano mellizo.
-Lamento haber desaparecido así, Demian, pero...-
-Intentabas evitar la segunda guerra mundial, lo sé, leí la nota que dejaste- Interrumpió a su hermano soltando una risa al final, sintiendo como Thierry tomaba asiento a su lado, mirando el mismo cielo que, en ese tiempo, se creía era bendecido por Zeus, el Dios de los cielos y el Olimpo.
-Fallaste, ¿o me equivoco?- Añadió mirando a su hermano con su burlesca sonrisa.
Thierry sonrío con diversión y algo de controversia.
-Tenías razón, hay cosas que no pueden ser cambiadas bajo ninguna circunstancia...- Respondió el que se suponía ser el hermano más serio.
Demian no dejó de observar a su hermano en ningún momento, estaba raro, sonreía más de lo usual y no comenzó una discusión por haber mencionado que él tenía la razón.
Thierry supo que tenía que hablar con la verdad, al fin y al cabo, a eso había ido.
-Conocí a alguien- Soltó con una enorme sonrisa demostrando lo feliz que se sentía al respecto.
Demian, en cambio, no sonrío, de hecho, su semblante se tornó más preocupado.
-Me dejarás- Afirmó soltando una risa amarga.
-Demian, no lo veas así, tienes que conocerla, ella es la mejor...-
Sin esperar nada más Demian se puso de pie y caminó cuesta abajo mientras la ya usual ráfaga de viento lo envolvía.
Pesmes, Francia. 2010.
Una hermosa mujer de castaña cabellera terminaba de acostar a su hija de 12 años de edad, la oscuridad de la noche reinaba en toda Francia, indicando que era hora de descansar.
La hermosa Celine salió de la habitación de su hija más grande y tras haber repetido acción con su pequeño hijo bajó hacia la sala de estar, donde un Thierry más viejo, pero igual de apuesto se encontraba sentado en el sofá.
Ambos se miraron a los ojos y sin decir nada la mujer tomó asiento en el regazo de Thierry sin ningún tipo de intención externa a la de demostrar un inocente cariño, ambos se abrazaron y sin darse cuenta, después de haber pasado horas en esa posición cayeron en los brazos de Morfeo.
Demian sonrío al observarlos desde el final de las escaleras.
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Babette.
General Fiction¿El tiempo? Siempre está en movimiento, a veces va hacia adelante, y si formas parte de mi familia, también puede caminar en reversa. Bonnet. ¿Qué tiene de especial nuestra familia? Mi nombre es Babette Bonnet, y me rehuso a morir sin haber contado...