c a s i│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻

🌹║37

Yuta

—¿Y eso por qué fue?

Gracias a que el director del laboratorio, quién estaba inclinado hacia adelante por recibir "accidentalmente" una patada mía en el tobillo, había dejado al descubierto un rata molesta, que al notar que lo vi simuló conversar con otra oficial.

Sonreí con amabilidad y le ofrecí una mano al director.

—Perdón, fue un impulso.

—Impulso, —repitió irritado.— ¿A eso viniste? ¿A maltratar a tu cumpañero de institución?

—Quizás. —le provoqué, éste puso su boca en forma de "o" y me límite a sonreír de lado.— Quiero saber si tiene listo lo que le pedí.

Me dedicó una mirada y se dirigió a su escritorio, sacó una carpeta roja de un cajón y la alzó hacia mí.

—Está todo ahí.

—¿Exactamente todo?

—Mmh.

Al tomarlo, lo abrí e inspeccione, cambiando hoja a hoja con rapidez mientras asentía con la cabeza.

Simple basura.

Sonreí radiante y le golpeé el hombro ligeramente.

—Gracias abuelito, le debo una.

—Sin respet–

Coloqué mi dedo acusador sobre mis labios y el se silenció a regañadientes.

—Estamos en el trabajo, no querrá usted que lo echen cuando ya se va a jubilar.

—¡Tengo treinta y cinco!

Reí un poco y tomé una revista Cosmopolitan que estaba sobre el escritorio.

—Wow, ¿Cómo conseguiste tan rápido la última publicación?

Orgulloso, movió la mano repetidas veces frente a mi cara, queriendo restarle importancia.

—Creo que olvidas quién soy.

—Maldito presumido. —pasaba las hojas con afán.

—Tienes buen ojo, no cualquiera se da cuenta de que ésta es la más reciente.

—¿Cómo no hacerlo? He estado esperando que llegue la mía por días.

—Te la puedo prestar si así lo deseas.

—Vaya. —sonreí agradecido y la guardé en mi bolso.— Sabía que el excelente conjunto que llevas no era por casualidad, —pasé un dedo por su hombro.— ¡Mira ésta tela! Solo alguien bien instruido puede combinarla con ese par de zapatos. Solo algunos sabemos eso.

—Cuando quieran, par de huecas. —mi compañero de área entró con las manos en los bolsillo y se detuvo frente a nosotros.— Les recuerdo que el clima amenaza con un fuerte viento, hay que ir a casa antes de que se vuele el auto.

Ambos lo observamos por un corto periodo de tiempo, hasta que el director rompió el silencio con un sonido lastimero.

—Deberías prestársela a él también.

—¿Cómo esperas conseguir pretendiente al juntar esos pantalones rojos con ese pañuelo de círculos rosa y fondo amarillo? —apunté su conjunto.