Le parecía una broma que entre todos los temas interesantes y profundos que abarcaba la filosofía, el profesor eligiera lo más simple sobre lo cual encargarles realizar un ensayo. Apenas lo enunció ―sentado en su escritorio con una sonrisa en su rostro, como si les estuviera dejando la mejor tarea―, Dylan supo exactamente la postura y opiniones que daría respecto a la, a primera vista, simple pregunta: "¿Qué es el amor?"
Escribió el título en la primera línea de su cuaderno de rayas para a continuación ponerse a escribir con soltura, las palabras se conglomeraban en su cabeza velozmente y él no quería que ninguna se le escapara, asegurándose de ponerlas todas por escrito con la tinta azul de su pluma.
Se suponía que no tenía permitido escuchar música durante la clase, pero el profesor que les impartía filosofía era un hombre relajado que siempre y cuando no ocasionaran problemas, les daba permiso para todo. Por eso mismo en ese momento una canción de Enanitos Verdes estallaba a todo volumen contra sus oídos gracias a los pequeños auriculares negros conectados a su celular. A muchos escuchar música mientras trabajaban les desconcentraba, sin embargo, era todo lo contrario para él, a quien solo lo ayudaba a enfocarse, por más extraño que sonara.
Su actividad se vio pronto interrumpida por Cristian, sentado en el pupitre de enfrente, que volteando la cabeza intentó llamar su atención.
―Pts... Dylan―susurró, el salón estaba en silencio y no quería ser escuchado más que por su amigo―. ¡Dylan!
Al fin el pelinegro elevó la mirada, mirándolo desconcertado ante su expresión presurosa.
―¿Qué?―preguntó, quitándose los audífonos, sin entender ni un poco lo que Cristian intentaba decirle con tan solo mover la boca.
―Te digo que voltees disimuladamente a tu derecha―repitió, esta vez con un volumen más audible.
Sin querer alargar la interrupción, se limitó a obedecer sin realizar ninguna pregunta, aunque la curiosidad comenzaba a crecer en su interior. Curiosidad que se fue al traste cuando no encontró nada fuera de lo normal.
―No hay nada―dijo, irritado.
La duda resplandeció en los ojos de Cristian antes de voltear la cara para comprobar por sí mismo.
―¡No alcanzaste a ver! ―ante aquel mini grito, las cabezas de algunos de sus compañeros más cercanos se giraron hacia ellos, aunque luego quitaron su atención al no ver nada que llamara su atención. Cristian se aclaró la garganta y susurró en seguida―: Es que Valeria te estaba espiando.
―No empieces a molestar―Dylan comenzó a ponerse los audífonos de nuevo.
―No miento―insistió el otro, sonando terriblemente convincente―. Se te quedó mirando fijo como por un minuto entero.
Su amigo no quiso oír nada más sobre ello, ignorándolo se centró en terminar el trabajo asignado de ese día, incluso aunque las palabras de Cristian permanecieron en su mente dando vueltas por los próximos minutos.
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Con el corazón abierto
Fiksi Remaja"Amor" es una palabra con definición distinta para todos. Un claro ejemplo de esto son Valeria González y Dylan Castillo, dos adolescentes que tienen pensamientos totalmente opuestos para la mayoría de las cosas. Mientras que para Valeria el amor si...