Cap. 10

15 1 3
                                    

-Marta-

Llevamos dos horas haciendo el trabajo y aún me queda mucho para terminar. Bruno ha cerrado el taller y nos hemos quedado en el despacho intentando hacer algo.

-Es que no entiendo por qué nos mandan a hacer esto- me quejo exasperada.

-Bueno, tranquila, ya verás como lo acabamos.

-Bruno son las diez de la noche, me doy por vencida, da igual el trabajo.

Este me mira con incredulidad.

-¿De verdad vas a darte por vencida? Pesaba que eras más luchadora, ya veo que estaba equivocado.

Este tío me está provocando, lo sé. Pero no voy a caer en su juego.

¿Estás segura?

-Paso de todo, estoy cansada y me quiero ir.

-Entonces me das la razón, eres una niña caprichosa que si no se sale con la suya se enfada y se va, ¿verdad?- mientras me dice eso me sonríe ladinamente.- Cuando querías que te dejaramos trabajar aquí me liaste un pollo gigante y, ahora, por un simple trabajito de nada que a la nena no le sale vas a dejarlo tirado. No te entiendo, de verdad.

-¿Tú qué vas a saber? No soy una niña caprichosa pero he tenido un día de mierda y encima tengo que hacer este trabajo, también, de mierda.

-A ver, vamos a hacer un trato. Si te parece bien, claro. Pedimos unas pizzas para cenar aquí mientras hacemos el trabajo y mientras nos las hacen descansamos un poco. ¿Qué te parece?

Aunque me cueste hacerle caso ha pronunciado la palabra pizza y llevo mucho tiempo sin comer una.

-Bueno, -digo alargando la 'e'- me parece bien.

Él sonríe mientras acepto.

-Perfecto, así me gusta. ¿De qué quieres la pizza?

-Barbacoa, por favor- le digo mientras poco ojitos de niña buena. Me encanta la pizza barbacoa.

.......................

¿Sabéis cuál es esa sensación de que estás despierto pero aún no abres los ojos? Pues así estoy yo pero me toca abrirlos, tengo que ir a clase, aunque es raro que no me haya sonado la alarma.

Abro los ojos y me doy cuenta de dónde estoy. No me lo puedo creer, ¡estoy en el taller!

No puede ser, me quedé dormida aquí y Bruno está a mi lado dormido también. Hay pobre, se le está cayendo la baba encima de la mesa.

En otros momentos me habría reído pero ahora no puedo, debo despertarlo.

-Bruno, despierta- le digo mientras le muevo el hombro suavemente.

-Mmmmm. Déjame dormir un poquito más- Uau, ¿puede parecerte sexy alguien hablando así? Porque este chico acaba de parecerlo.

-¡Bruno venga!- como no despierta le grito en la oreja.

-¡Ay! ¡¿Qué te pasa loca?!- Ups creo que me he pasado.

-Ayer por la noche nos quedamos dormidos y no acabé el trabajo, es para mañana y aún me queda mucho por hacer- creo que me va a dar un soponcio- Encima ahora voy a llegar tarde a clase porque no voy a llegar a coger el tren y después tendré que venir aquí y no podré hacer la faena y el profe me matará y suspenderé....

- Marta....

-Y si suspendo mis padres me matan, ¿qué hago?- en este momento ya he empezado a hiperventilar, lo siguiente es mi muerte, ya lo digo.

-¡Marta! ¡Para!

De golpe paro y le miro.

-La faena está hecha.

-¿Qué?- no estoy entendiendo nada.

-Pues eso, el trabajo está terminado.- me mira como si lo que acaba de decir fuese muy obvio.

Cuando ve que no entiendo lo que me dice me contesta:

-Ayer fui un momento al baño después de cenar y cuando volví te habías quedado profundamente dormida, estabas tan mona durmiendo que no te quise despertar así que decidí terminar el trabajo y que hoy no te tuvieras que preocupar por nada.

Oixxx, qué mono, acaba de decir que estaba muy mona durmiendo. Espera, ¿también acaba de decir que me ha terminado el trabajo?

-A ver, a ver. Creo que lo he entendido mal. ¿Acabas de decir que me has terminado el trabajo?

Él asiente mientras me mira fijamente.

-Muchisimas gracias, de verdad. Te adoro- le digo mientras voy a abrazarle.

Al separarme le beso en la mejilla pero no calculo bien y le doy un beso en la comisura de sus labios. Nunca me había fijado en lo gruesos y en lo rosas que son. Me pregunto a qué sabran.

Él no se separa de mi y yo tampoco quiero hacerlo pero si no lo hago llegaré tarde a clase. Poco a poco voy despegando mis labios de la comisura de los suyos y le miro avergonzada, seguro que estoy roja como un tomate pero él no se queda atrás, también está muy rojo.

Así que, roja como estoy me despido de él con la mano y me voy. No sé cómo actuaré cuando lo vea por la tarde.

Continuará....

............................................................

Atracción mecánicaWhere stories live. Discover now