–Vete con él entonces, nadie te está deteniendo, Anne.– Él me dice enfurecido.
–¿Tú crees que yo quería esto? ¿Cómo demonios yo estaba supuesta a saber esto? ¡Joder, tú fuiste quién comenzó todo esto desde un principio!– Lo empujo lo más fuerte que puedo, causando que caiga sentado en la orilla de la cama.
–¿Ahora yo soy el culpable? Vaya, se nota que no me conoces a mi, ni mi corazón...– Él mira a la esquina se su cuarto.
–Sabes a lo que me refiero...–
–Yo me alejé por hacerte bien, tú fuiste quién decidió hacer locuras y terminaste así por tú causa. Pero no te echaré la culpa en esto. Pero,¿ así quieres que tú hija te vea? Annedrea merece más que eso, su mamá es más que eso.–
–No metas a Annedrea en esto, no te atrevas a meter a mi hija en este asunto.– Le amenazo con mi dedo index.
–Yo sé que tú eres capaz de más, y yo no soy eso...– Tomo su mano y la pongo en mi vientre.
–Ella merece esto.– Pongo mi otra mano sobre la de él y ambos suspiramos.
–Un corazón fuerte como el de su madre.–
–Pero sincero, como el de su padre.– Le digo asintiendo en su dirección.
–¿Cómo lo sabías...?–
–Digamos que soy psíquica así, por algo no sucedió antes, ¿no crees?– Suelto una pequeña risilla y él sonríe.
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