La puerta se abrió de golpe. Erick apartó la mirada de la pantalla del ordenador y se quedó en silencio contemplando a Renato Francis que permanecía de pie si mover un solo musculo con la mirada pegada a él.
-Es la última vez que me restas autoridad frente a un empleado...-comenzó.
-¿Empleado?-cuestionó el ojiverde con tranquilidad.-Christopher no es tu empleado...
-Me sacaste de la sala de juntas en frente de Rogelio De la Vega y su perrito faldero...me humillaste frente a uno de los hombres más ricos del país y frente a un pobre diablo que tiene ni donde caerse muerto-Erick entornó sus ojos.
-Tal parece que tú no te das cuenta de lo que estás haciendo.-respondió el muchacho volviendo a llevar su atención hasta el ordenador.-Christopher no es ningún perrito faldero, por el amor de Dios. Es el esposo de la hija de le Vega, por si no lo recuerdas, eso lo convierte en su familia y por si eso fuese poco; también es su mano derecha...
-¿Se puede saber qué diablos pasa contigo?-se quejó.
-Eso es precisamente lo que yo quiero saber, Renato. Quiero saber qué diablos para contigo para que estés actuando de esta manera tan tonta e infantil...
-¡Cuida tus palabras, Erick!-le ordenó.-Recuerda que si estás sentado en ese lugar, ocupando esta oficina y siendo el director de esta empresa es sólo porque yo así quise que fuera.-le espetó y automáticamente los ojos del pelinegro volvieron a posarse en él.-Y es solo porque eres el esposo de mi hija, porque yo así lo quise...y no sé si lo recuerdes pero tu matrimonio con Danna al igual que tu estancia en esta empresa tiene fecha de caducidad...tiene poco menos de un año, Erick...y cuando esa fecha llegue todo habrá terminado...
-Probablemente...-admitió.
-Y vas a lamentarlo si...-pero Erick lo interrumpió.
-Lo único que lamento es que tú seas el padre de Danna.-soltó en tono mordaz.-No tienes ni idea de cuánto lamento que un ser tan puro como Danna provenga de ti...y tienes razón, en todo. Danna es mi esposa porque tú así lo decidiste, soy el director de esta empresa porque tú así lo quisiste y nuestro matrimonio al igual que la mitad de esta empresa tiene fecha de caducidad...pero que no se te olvide Renato, que la mitad de los ingresos que esta empresa de la que tanto te jactas me pertenecen...la mitad de todo esto también es mío...y para tu mala suerte, tu hija también es mía...
-¡Eres un idiota!
-Claro que lo soy.-decidió.-Soy el idiota más grande de la Tierra por haber dejado que mi padre y tú manipularan a su antojo mi vida y la de Danna. Por no hacer nada para defendernos a ambos porque sé que si lo hubiese hecho tal vez nuestra relación hubiese sido de una manera totalmente diferente y no hubiese surgido bajo la sombra de ustedes...
-No me importa cuán sentimental puedes ser, Erick. Me enfermas.-Erick rio en voz baja pero no con diversión o algo que se le pareciera. Era más bien una risa llena de amargura.-Quiero a Christopher fuera de mi empresa, está decidido.
-¿Por qué lo odias tanto? Que yo sepa Christopher nunca te hizo nada malo, su único error en la vida fue poner sus ojos en Danna...-murmuró.
-No lo soporto y eso es suficiente. No necesitas saber nada más para acatar órdenes.-le espetó sin dejar de mirarlo.
Erick suspiró.-¡No voy a hacerlo!
-¿En serio te agrada la idea de tener que trabajar con el ex novio de tu esposa?-cuestionó mordazmente. El pelinegro se quedó en silencio un segundo.-Eso era lo que pensaba, ahora hazlo de una vez y sácalo de mi empresa y de nuestras vidas ahora mismo...
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¿Sera porque te amo?||Erick B. Colón.|Completa.
FanfictionDicen que del odio al amor sólo hay un paso. ¿Pero...que hay realmente del amor al odio? ---------- (Historia Dannerick)