18

529 43 55
                                    

JAYNE

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


JAYNE

Seguía sin asimilar las cosas, mi cabeza podría estar dándole vueltas a cada palabra que acababa de decir mi padre y yo no tenia aún ni la menor idea de que estaba pasando,no podía suponer que el mentía. El no era mucho de mentir,era alguien duro y le gustaba la sinceridad. Supuestamente regresaba el lunes, vaya sorpresa.

Nunca le gustó que yo le mintiese sobre algo cuando era pequeña, recuerdo en ese entonces que solía siempre escabullirme en las reuniones familiares o incluso en las reuniones de empresarios que realizaba en casa,solía correr entre todas las personas. Mi padre nunca solía ponerme demasiada atención pero como las reuniones solían ser en esta casa la mayoría de las veces confiada, terminaba rompiendo algo o metiéndome en algún lío. No mentiré, en ese entonces me gustaba molestar y causar problemas lo usual para una niña pequeña de 6 años. Solía mentir demasiado, decir que yo no había causado nada y poner la cara de perrito tierno para que él me creyera,pero tarde o temprano él sabía la verdad.

Sabía que yo mentía y eso nunca le gustaba. Mi padre solía ser un poco duro algunas veces más cuando se trataba de mentiras, me enseñó a no mentir o por lo menos a tratar de evitar hacerlo. Es irónico porque mi vida en este instante está siendo invadida con mentiras.

Él seguía sentado frente a mi.

—¿No vas a abrazarme?—cuestionó.

Me acerqué poco a poco a él, y lo abracé aún estando sentado en ese sillón blanco. Me acaricio el cabello como solía hacerlo cuando me abrazaba,después me separé y volví a dar unos cuantos pasos para quedar alejada frente a él.

—Mi madre nunca mencionó que habías llamado.

Cerró los ojos fuertemente y agarró un caballito de ron.

—Tu madre algunas veces miente Jayne, es increíble que no te haya contado cuántas veces te llame.—Bebió completamente su caballito y después suspiró.

—Pudiste llamarme a mi celular, ¡tú mismo me lo compraste, así que no tienes excusa alguna!

—No tenía tu número, solo el de tu madre. Cambié mi número hace poco.

Dijo relajado.

Patético.

—Pudiste haberlo pedido,si tanta supuesta importancia tenías en mi.

Sentía que mi respiración se aceleraba con cada respuesta que le daba, cada palabra que yo pronunciaba. No quería verme débil, no quería que el pasado volviese en este instante.

—Cariño, no soy de mentir. Estuve un poco ocupado, solo le llamaba a tu madre y nunca estabas con ella o siempre estaba ocupada. Ya sabes también nos ocupamos mucho, no tienes porque reaccionar así—hizo ademanes con sus manos.

Tú ,mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora