➡Está historia está en proceso de edición.
Alexandra "Sasha" Hatson es una jovencita de 14 años que volvio de Europa a Japón, para entrar a la escuela Raimon, con tal de jugar en el famoso equipo que ganó "Fútbol Frontier".
Pero con un cierto te...
Me lleve bastante bien con ella que tal vez lleguemos a ser buenas amigas, aunque piense que soy un chico.
Por mi suerte se encontraba en el mismo salon que yo así que no me perdí. Entramos a la clase,el profesor no había llegado mi suerte si que molaba por que sino en la presentación podría decir mi nombre. Me senté en un lugar al lado de Silvia donde nos la pasamos hablando.
—Hola Silvia.—escuche detrás, la recién nombrada se dio vuelta.
—Hola Mark, Axel—dijo ahí mire a los recién llegados.
Uno tenía el cabello blanco como un erizo, piel morena y unos ojos...marrones que parecían profundos y con un brillo especial. El otro tenía cabello marrón con una bandana anaranjada y ojos del mismo color
« siento que se me es conocido este tal Mark...¿Pero de donde? » me preguntaba internamente.
—¿Eh?—el tal Mark se fija en mí—¿Quién es?—pregunta con curiosidad.
—Ah, es Alexander Hatson es nuevo en el instituto. Sam, te presento a 2 amigos.—dijo la chica.
—Yo soy Mark Evans, ¡ENCANTADO!—dijo con una sonrisa.
—Y yo Axel Blaze.—dijo serenamente.
—Un placer conocerlos a ambos, pero pueden llamarme Sam. Silvia me conto que juegan al futbol—ellos asintieron en cuanto lo dije—Bien...—me levanto de mi lugar—Me gustaría unirme al club.—dije sonriendo.
—¡¿ENSERIO?!—dijo el castaño con lagrimas a lo que asiento.
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De un momento a otro toco la campana y me llevó corriendo haciendo que de algún modo- magia de los fics- llegáramos a una especie de casita media vieja. Abrió la puerta de un golpe asustando a algunas personas del lugar.
—¡HOY SE NOS UNE UN NUEVO JUGADOR!—me empuja en medio de todos— El es Alexander Hatson y se nos quiere unir.—dijo con una sonrisa.
—Es un gusto soy Alexander Hatson, pero pueden llamarme Sam. Espero que nos llevemos bien.—dije saludando con una sonrisa.
Ahi un chico castaño se me acerca me observa de arriba a abajo y abajo a arriba, para luego acomodarse los lentes
—...pareces una chica...—dijo haciendo que aparezca un extraño brillo en sus anteojos.
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