-¡RÁPIDO! ¡LO PERDEMOS! –el sonido era estridente. Su cabeza no procesaba nada- ¡NECESITAMOS SANGRE! ¡LLAMEN AL BANCO DE SANGRE AHORA!
¿Cómo es que terminó así? En medio de una camilla que iba avanzando mientras sus ojos desvariaban, mientras miles de ojos lo miraban y las palabras eran más y más. Intentaba procesar lo que pasó. Sus ojos solo podían ver por un momento esos ojos grises, con una expresión de angustia y sosiego.
Tomó aire y dolía. Dolía tanto que sintió el sabor de la sangre en su boca. ¿Por qué era él quien tenía que pagar por eso y no ese idiota? Se mofó de lo estúpido que se sentía mientras su cuerpo era alzado para pasarlo a otra camilla. Le desprendieron de la poca ropa que tenía. La pudo ver. Manchada de sangre que el color se perdía en sí.
Desde ese día que ella se fue para siempre y vio al pelirrojo en un mar de lágrimas comprendió que nada volvería a ser lo mismo. Un claro ejemplo era el encierro del chico. No solo de manera física, también en su mente. Parecía un cuerpo sin alma que solo iba de un lado a otro. Pendiente del teléfono. Esperando un mensaje que nunca llegaría. ¿Qué debía hacer Vanderwood?
Le había advertido que no hiciera algo estúpido, que pensara antes de actuar. Más siendo Akira víctima en todo esto. Esa chica no sabía nada ni comprendía y Seven simplemente estaba poniendo esa carga en ella. No era la manera. Y cuando ella vino esa noche sintió que habría un poco de aire fresco en aquella trinchera, pero fue peor. Deseó no escuchar nada, pero las súplicas de la joven fueron en vano. Por más que pidió por él, Seven la hizo desechó. ¿Debió intervenir en ese momento? Tal vez, pero no pensó que él sería tan imbécil como para alejarla y lastimarla de esa manera. Y cuando la vio salir de ahí su mirada era otra. Se vieron por unos breves segundos donde pudo ver que aquella de una mirada tierna había muerto. Era fría y cruel. Vanderwood no reconoció a la joven que salió de esa habitación seguida de esas mujeres. A los minutos vio a su amigo dando pasos torpes en un mar de lágrimas, intentando articular palabra alguna, pero era tarde. Ella se fue y todo quedó atrás. Su historia de amor había acabado.
-Vamos... -se acercó- de pie.
-¡DÉJAME! ¡NO ME TOQUES!
-Oye...
-¡NO ME TOQUES!
-¡Solo intento ayudarte! Ponte de pie.
-Akira...
-¿Por qué lo hiciste? ¿Q-qué... ganabas siendo tan cruel con ella?
-¡CÁLLATE! ¡CÁLLATE! –Vanderwood suspiró.
-Te dije que seas sincero... -se rascó al cabeza- Ella... podría ayudarte con tu flamante padre.
-¡QUE TE CALLES! –el Choi golpeó el piso.
Se quedaron ahí en silencio. El chico no paraba de llorar. Las lágrimas iban cayendo al piso mientras él llamaba su nombre, mientras suplicaba una segunda oportunidad, pero la Madam no sabía qué hacer. Las palabras que Seven había dicho eran tan cruel y venenosas. El simplemente la tomó entre sus manos y la destruyó. Quería en cierto modo decirle que pasaría y ella lo perdonaría, pero no podía dar falsas esperanzas. Mucho menos cuando los ojos de la Won lo dejaron en claro.
Terminó por ayudarlo a ir a la cama a que descansara. Su cuerpo era tan ligero que no parecía el mismo Seven. Parecía otra persona completamente distinta. Su habitación era un desastre, pero no le diría nada. Por esa ocasión se ahorraría sus quejas.
Solo podía pensar el modo de mantenerlo vivo. Con culpa y sin culpa él había perdido todo. A ese hermano y a su novia. A ambos los perdió en menos de dos semanas, ya no estaban y el brillo que caracterizaba a aquel hacker se apagó. Preparó la comida para él en esos días, pero no respondía. Era comprensible, pero al tercer día forzó la puerta para verlo. No quería un muerto ahí.
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UNA ORACIÓN
FanficV rechaza a Akira(MC) a pesar de entender que su amor era una obsesión y decide irse. Ella con su corazón roto, ¿podrá abrirse nuevamente a un amor inexperto y con un pasado oscuro?¿De verdad V nunca amó a Akira? ¿Qué pasa cuando la confianza se rom...