Rescate

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La sala de estar de los dormitorios de la clase más famosa de la UA estaba demasiada ruidosa por todo el caos que había provocado cierta chica de cabellera púrpura, quien ahora se encontraba regañando a los causantes de aquello por no advertirle que sus demás compañeros no debían saber nada de lo sucedido en aquella tarde.

Mientras tanto, Shoto estaba en un dilema mental, pues usualmente era su novia la que pensaba mejor las cosas, pero al estar ella inconsciente le dejó toda esa carga a él, por lo que rápidamente le cargó en brazos y procedió a llevarla hasta su habitación para dejarle descansar.

Al llegar al lugar de la chica para recostarla en su cama, el movimiento que él provocó al dejarla caer sobre la cama terminó por despertarla, inmediatamente después el chico se sentía mal.

Momo: -Shoto... ¿Dónde está..?

Shoto: -No te preocupes, iré por ella, tú descansa.

Momo: -No, iré contigo, no puedo dejarte solo con esto, además, ¿qué tal si necesitas algo más que tus brazos?
Literalmente acaba de dar a luz, necesitamos ver qué hacer con ella y los bebés.

Shoto: -Tienes razón, pero me preocupa porque es algo tarde y nos pueden regañar, sin embargo no podemos dejarla sola.

Momo: -Entonces, ¿qué estamos esperando?
¡Vamos!

Y con esto dicho, ambos salieron bien abrigados de la habitación de la pelinegra, bajaron hasta la sala principal y ahí se encontraron con aquél profesor que siempre lucía cansado, el cual aparentemente los estaba esperando.

Aizawa: -Vengan chicos, los acompañaré al parque por su mascota.

Ambos asintieron sus cabezas en silencio y caminaron hasta salir de los dormitorios para ir con su maestro hasta el lugar donde se encontraba Shomo.

Pasó aproximadamente media hora hasta que llegaron, detrás de un arbusto escucharon pequeños maullidos, concordaba con la ubicación del radar hecho por Momo, así que se acercaron con cuidado para no asustar al animal y sus crías.

Aizawa: -Será mejor que le hablen, así no reaccionará mal.

Los chicos lentamente movieron las ramas del arbusto en donde se encontraba su gata, la cual estaba a punto de rasguñarlos, pero por su olfato, logró reconocerlos y sólo se quedó estática.

Momo estaba conmovida por la escena, pues jamás en su vida había visto a un animal tener bebés, lo mismo aplicaba para su novio, pero éste lo ocultaba un poco mejor que ella.

La chica pasó su mano por el pelaje de la felina y ésta comenzó a ronronear, lo cual le dio a ella la señal de que se sentía en confianza y podían tomarla junto a sus cachorros para llevarlos a una veterinaria y así los pudiesen examinar.

El mayor de los tres fue quien más ayudó para lograr meter al animal junto a sus crías a la caja transportadora que llevaban para así llevarlos de una forma más cómoda.

Por suerte ninguno de los felinos se quejó ni se puso mal durante el viaje, así que fue fácil para ellos llegar hasta la veterinaria más cercana, la cual seguía abierta a pesar de casi ser media noche.

Los chicos esperaron junto con su maestro a que el doctor en cargo les dijera el diagnóstico y afortunadamente no hubo nada fuera de lo normal, tanto Shomo como sus crías estaban sanas y salvas e incluso les dieron consejos a ambos para cuidar de los gatitos y la madre.

Agendaron una cita para esterilizarla después y se despidieron, agradeciendo por la atención dada a todos.

Salieron del establecimiento y regresaron a los dormitorios donde todos los chicos ya estaban descansando, así que tan pronto como llegaron, hicieron lo mismo que ellos, con sus corazones y mentes relajadas de saber que su gata estaba bien junto a sus cachorros.

El Nuevo Compañero - TodomomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora