Primera parte

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Él no va a poder llegar, te pido disculpas por el inconveniente.

Él no suele ser así.

Él es muy responsable, debió ser algo importante.

A él le encantará reagendar su cita.

Eres muy amable, a él le gustarás, estoy segura.

A ti también te va a gustar, es un alfa muy apuesto.

Yixing sentía que ninguna de esas palabras eran acerca de él. Si fuese el diez por ciento de todo lo que ha dicho su madre, no estaría sentado en su cama empapado, debido a que pasó mucho tiempo debajo de la lluvia y no ha movido un solo dedo para secarse. Las gotas continuaban destilando por su cabello, mojando el aseado piso de color oscuro. No estaba muy seguro de cuánto tiempo permaneció de esa forma. No podía pensar en nada.

No quería hacerlo.

Su madre inventó mil excusas a una de sus tantas citas a las que nunca solía llegar a ver. Una vez más.

Era un cobarde, lo sabía, pero no se atrevía a cambiar.

—Yixing, ¿qué pasó esta vez? ¿Por qué estás empapado?

Su madre exigió una respuesta, pero él, definitivamente, no le diría la verdad. No podía decirle que estuvo afuera del restaurante, viendo a la hermosa chica que esperaba por él en una de las mesas del elegante restaurante. No podía decirle que una parte de él quiso entrar, hacer las cosas bien y poner de buen humor a su madre. No podía hacer eso porque sabía que las preguntas vendrían a él como si hubiesen sido disparadas con una metralleta.

—Se me hizo tarde —mintió, dejando salir un hilo de voz, apenas audible.

—Es la sexta vez —señaló su madre en un tono severo—, ¿cuántas veces más será?

Yixing sabía que estaba decepcionada, pero por más que quería arreglar las cosas, no podía hacerlo. Se sentía patético porque a sus veintisiete años no era capaz de arreglar su mierda por él mismo.

—Perdón —susurró.

Su madre suspiró frustrada. 

—Lo has dicho cientos de veces, eso no arreglará nada. Debes madurar, Yixing, ya no eres un niño —aseveró—. Le diré a la empleada que te traiga ropa limpia. Ve a darte un baño.

La señora Zhang abandonó la habitación y Yixing obedeció la orden. Se metió a la ducha para quitarse la suciedad de encima, dejó correr el agua sobre su cuerpo, permitiendo que sus lágrimas se mezclaran con el agua de la ducha, al igual que lo había hecho con las gotas de lluvia minutos atrás.







***

—Nah, a Sehun no le gustan las gardenias, ya me lo dijo.

—¿Qué? ¿Por qué no? ¡Si son hermosas!

—Sí pero le hacen recordar lo tuyo con JongIn —respondió—. Quiere que nuestra ceremonia esté centrada en nosotros dos, nada de pensar en otras personas, ¿comprendes?

Yixing entraba al comedor de profesores por primera vez en el día, encontrando a los omegas en una muy amena conversación.

—Buen día —saludó educadamente—, ¿puedo sentarme con ustedes?

Luhan se alegró de verlo. 

—Claro que sí, siéntate.

—Hola Yixing —saludó KyungSoo.

—¿Cómo te encuentras hoy? ¿El bebé está tranquilo? —preguntó, señalando la barriguita del omega.

—Sí, nada de problemas con esta nena —respondió—. Es mucho más tranquila que TaeOh, puedo asegurarlo.

IV. Una oportunidad para el decano Zhang [SuLay] (EDITADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora