Punto de vista de Jessie
Cuando regresamos del viaje tuve nuevas noticias en casa.
Mi hermana y Agustín habían decidido mudarse a una nueva casa, era de dos pisos y contaba dos cuartos, dos baños y hasta tenía un balcon en mi ventana, yo había elegido el cuarto de arriba y ellos el de abajo.
Antes vivíamos en la casa de mamá pero a Reymi ya no le pareció una buena idea, sinceramente a mi tampoco.
Un ventanal sobresalía del segundo piso y el tejado de abajo era visible.
Agustín y Reymi trabajan más horas para poder comprar todo para la boda y la casa se pagaba del trabajo de Agustín.
Me encontraba recostada en la cama, había llegado temprano de la escuela, también terminé mi tarea, porque como Reymi decía:
"Piri ilcinzir tis suiñis nisisitis istidir Michi y isfirzirti".
Estaba sola en casa tenía hambre pero me daba pereza levantarme bajar y preparar algo así, que, mejor me quedé viendo películas.
(Traztaso)
–¿Que fue eso? le dije al gato que se encontraba durmiendo a mi lado.- soltó un sonoro "miau".
–Si claro, eres un gato no hablas.
Me puse las pantuflas, tomé el bat color cafe claro que estaba en la esquina de la habitación, ni siquiera jugaba béisbol o algo parecido, era un objeto de Emergencias y decoración.
Comencé a abrir la puerta con sumo sigilo, mis pasos eran lentos, toqué el primer escalón, eso me hizo reflexionar sobre lo que hacía.
Un bat, que paranoica-pensé.
Continúe escalón por escalón con cuidado, intenté guardar silencio lo más que podía hasta llegar al recibidor, me coloqué en la pared moviéndome como en esas series de policías y criminología.
Tantas series me hacían daño.
Entré a la cocina era ahí donde había creído escuchar el ruido, pero no había nada, todo estaba perfectamente en su lugar.
Volví a mi cuarto, arrepentida por haber gastado mis energías porque sí, ni siquiera había encontrado algo interesante, tomé la laptop de vuelta.
Abrí Facebook que ya tenía bastante tiempo abandonado y me quedé horas revisando perfiles y reaccionando a memes.
Cuando Reymi llegó, lo primero que hizo fue hablarme, la vi quitarse esos espantosos tacones que odiaba usar pero debía porque eran parte de su uniforme.
Ahora estaba cenando pizza porque Reymi se había acordado de su pobre alma y la sorprendió con una.
Tenía bastante hambre.
...
Punto de vista de Reymi
Después de ese pequeño incidente con Jessie, se apaciguarón las aguas.
Llegamos aquí, habiamos iniciado el trámite de la casa hace meses.
Había decidido dejar la casa de mamá que le traía tantos recuerdos.
Estaba trabajando horas extras para conseguir dinero y pagar la boda, Agustín pagaba la casa y me ayudaba con los estudios de Jessie.
Era secretaria de Michael Mucson un hombre de veintiocho años hijo mayor del dueño, y hablando de uniforme como la empresa era de moda tenía que vestirse como le indicaban las estrictas normas de moda de la empresa.
Una falda gris pegada corta, le llegaba más de cinco dedos sobre las rodillas, medias blancas, un chaleco de vestir y unos tacones de punta fina, demasiado incómodos.
Cerré la puerta de la oficina, por fin había salido de ahí, el trabajo no era pesado, pero lograba cansarla mentalmente.
Mi hora de comida se veía interrumpida por las horas extras, estaba cubriendo a Zulma otra empleada de la compañía.
Llegué al estacionamiento, observé el coche a lo lejos, le había costado mucho trabajo conseguirlo.
Encendí el motor y arranqué.
me dirigí a comprar una pizza, Tenía tiempo sin comerla.
Al final elegí la más sencilla y tuve la suerte de que fuera instantanea.
...
Abrí la puerta de la casa y grité.–¡Ya llegué!
–¡Ya voy!- gritó mi hermana, me encantaba escucharla emocianada por mi llegada.
Puse la pizza en la mesa me senté en el sofá de un lado y me quite los espantosos tacones.
Me dirigí al baño me lave las manos, volví a la cocina, Jessie iba a mitad de las escaleras.
–traje pizza.
Bajó corriendo las escaleras, se iba a caer de cara pero se sostuvo a tiempo de la pared.
Nos sentamos a comer.
(...)
Estaba en mi habitación, bueno de ella y Agustín llevaba la falda del uniforme y brasier, reposaba los pies en agua caliente
Eran las nueve con venticinco y aún no había llegado, decidí llamarlo el timbre sonó un par de veces hasta que contestó.–Hola- escuchó al otro lado del teléfono.
–¿ya vienes?, pregunté ya debería estar aquí.
–Si, ya voy- dijo.
-Está bien, te esperaré.
Agustín llego después de diez minutos.
Noemí
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El Secreto De Las Escaleras
Mystery / ThrillerUna mudanza cambiaría para siempre la vida de Jess. El conocer a alguien como él quizás fue una sorpresa. Por culpa o gracia a esas escaleras su vida no volvió a ser la de antes. Quizás no fue todo culpa el secreto que ocultaban, quizás todo era cue...