Nos encontramos en el interior de un misterioso laboratorio. Hay unas 8 personas, con su bata de laboratorio, trabajando incesantemente. De la puerta lateral entra en escena una enigmática figura vestida de negro. Se mueve con soltura por la estancia. Los trabajadores dejan lo que están haciendo. Y la enigmática figura con una voz masculina y fría da la orden.
- Mostradme el experimento 200.
Inmediatamente se ponen manos a la obra. Se pulsan unos cuánto botones y una mampara metálica se levanta. Al otro lado del cristal de seguridad se observa un individuo encorvado. Se trata de un hombre de unos cuarenta años con el cuerpo lleno cicatrices. La voz fría dicta el siguiente paso a hacer.
- Adelante, se puede proceder.
Del techo de la estancia, donde se encuentra el sujeto del experimento, baja una jeringuilla con líquido rosado a su interior. Esta se acerca cabe el tipo de cuarenta años, que está encogido en una esquina del aposento. La jeringuilla se le incrusta en el cuello sin contemplaciones. Al principio no pasa ninguna cosa, pero unos treinta segundos después el individuo empieza a convulsionar. La piel del cuerpo empezó a de estropeársele por todos los lados, como si de una camisa con descosidos se tratase. Después de unos cuántos gritos de dolor y agonía; donde antes había un ser humano; ahora se ve una figura de aspecto carcomido. Los restos del huésped están esparcidos por el suelo teñido de sangre.
Uno de los trabajadores con bata pulsa otro botón. De uno de los laterales del recinto donde se encuentra la criatura sale una metralleta que empieza a dispararle. Los rasgos los tiros rebotan en su piel sin hacerle ni cosquillas. De otro lateral se le lanzan cuchillos y varios objetos punzantes de metal. Estos tampoco le hacen ningún efecto. Por último, le lanzan un par de granadas con el mismo resultado, ningún efecto sobre la criatura.
- Muy bien. Todo está listo. Adelante con el proyecto OSCURIDAD.
Regio era un renombrado cantante de un nuevo grupo de rock. Ahora se encontraba en el interior de un ascensor dirigiéndose ninguno lo última planta de aquel emblemático edificio, el edificio Espacio Recovero. Aquel edificio de 40 plantas de altura se había construido hacía 50 años en conmemoración del auge económico de la ciudad Esperanza, la ciudad en la cual nos encontramos. Ahora servía por varias cosas y allí, a sus 24 años, celebraba su séptimo concierto, el más importante de su corta carrera como vocalista con su grupo de rock, Esperanza Luminosa. A su lado se encontraba el resto de su grupo y lo mánager. Phil el batería, un chico de unos 25 años, Leila la guitarrista, de unos 23 años, y Morgan el bajista del grupo, de 27 años. Pedro, su mánager estaba alterado, aquel concierto podía dinamitar hacia el éxito su grupo patrocinado. Pedro los descubrió en la Garita del Trol Muerto, un pub donde dejaban a los jóvenes grupos promocionaba sus canciones. Allí escuchó el primer tema de ellos, "Un Viaje Lleno de Esperanzas". Rápidamente Pedro los llevó a lugares más excelso y pronto se hicieron conocidos. Ahora iban a tocar en el lugar más emblemático de la ciudad y estaba que se subía por las paredes.
-Chicos, y chica, esta es la mejor oportunidad que tenéis. Poned toda la carne a la brasa.
- Sin ningún problema, jefe. - dijo Leila.
Regio prefería estar callado, no quería forzar su voz antes del concierto, además, tenía la sensación de que si hablaba se lo saldría el coro por la boca. Acaban de pasar el piso 30, y mientras ascendían él inspiraba y espiraba para relajarse. El brazo de Leila le frota su propio brazo y aquel contacto lo aceleraba, si era posible, el corazón. Ella se lo quedó mirando y le dedicó una preciosa sonrisa. Lo había visto por primera vez hacía un tiempo a la Garita del Trol Muerto, allí; él, solía acudir a pasar el rato. Una noche que hacían allí karaoke él decidió cantar. Al acabar ella se le acercó y le preguntó si quería unirse a su grupo. Les faltaba un vocalista y a ella le había gustado como cantaba. Ella le presentó el resto del grupo y a partir de aquel día empezaron quedaron para ensayar y escribir letras. Después de componer la primera canción la estrenaron al pub. El resto se historia. Fueron consiguiendo renombre. En cada concierto Leila se le acercaba mientras cantaba y tocaba su melodía y su sudor se entremezclaba. No sabía se había algo especial entre ellos dos, pero lo que era seguro era que se entendían muy bien.
¡Ding! Habían llegado al piso 40. La puerta del ascensor se abre y ellos se adentran en la planta. Empiezan a prepararse en sus camerinos y antes de que se den cuenta, ya es hora de salir a escena. Los nervios están a flor de piel. Leila le dedica otra sonrisa y le da un besito en la mejilla.
-Venga va Regio, que todo saldrá bien.
Salen al escenario. Los focos se ponen en marcha. La gente empieza a gritar emocionada. El grupo empieza la gresca. Leila empieza con un solo de guitarra, después el bajista el acompañamiento seguido por el batería. Es turno de Regio. Con el micro comienza a cantar "Un Viaje Lleno De Esperanzas". La letra fluye por su boca. La pasión rodea sus palabras. Leila se acerca hacia él. Los dos juntos fundidos en uno sacan adelante la canción con compañía del resto del grupo. Lo están bordando. El público enloquece. Los sentimientos afloran. Y cuando llegan al momento más álgido de la canción, una explosión de sentimientos, la canción acaba suavemente. Como una tela de seda sobre los cuerpos.
Resopla por el esfuerzo, Regio, observa como el público silba de alegría; lo han conseguido; han conquistado el público. Están preparándose para la siguiente canción," Una Noche de Estrellas Brillantes", cuando todo cambia. Un grupo de personas tapadas con túnicas y capuchas disparan al público. La gente grita. Las puertas se cierran, la gente quiere salir y no puede. El propio grupo de Rock no consigue salir por la entrada al escenario. Las puertas están trabadas. Pero hay una cosa extraña. No hay ningún muerto. La cosa cambia en 30 segundos. Algunas de las personas del público empiezan a convulsionar.