Chelito Mío

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Cuentan que esa era la niña más fastidiosa, traviesa y parlanchina. No se callaba por nada del mundo, a veces los vecinos cerraban sus puertas para no escucharla parlotear, ni verla correteando en la comarca, parecía que ya no la toleraban.

Su nombre era Karen, vivía con su abuelita Nora, aquel era un vecindario pequeño y populoso, todos se conocían, estaba lleno de niños, pero ninguno quería jugar con ella, influidos por sus padres que le prohibían pasar el tiempo con Karen, decían que era chiflada, no tenía educación, ni respeto por nadie, así que ella se veía en la obligación de jugar sola con su imaginación, daba saltos de allá para acá, cantaba y bailaba sola, como si nada le afectara, era como si ignoraba el hecho de que nadie quería estar junto a ella, se mostraba feliz, aunque para los demás eso era molestoso.

Karen iba a la escuela como todos los niños, su abuela siempre estaba atenta a esos asuntos, sabía que, si la dejaba fuera, no solo iba a perder las posibilidades de formarse y educarse correctamente, sino que la tendría todo el día cantando y haciendo todas esas actividades que se le ocurría solo a ella.

El ambiente en la escuela era distinto, Karen era muy aplicada, la primera que hacia sus tareas era ella, sin embargo, los profesores se irritaban con su intensidad, solamente una maestra la entendía y sabia como manejarla, Magdalena.

Sus compañeros sentían envidia al verla presentar algún proyecto de manera exitosa dando hasta el más mínimo detalle, aunque francamente, a veces era exagerada. ni siquiera le aplaudían, pero era tan autentica que lo hacía ella misma; una vez finalizaba se daba un gran aplauso y tomaba su asiento complacida y sonriente, quizás su actitud frente a las acciones represivas de ellos, era lo que más les incomodaba.

Muchas personas se dirigían a Nora para que corrigiera a su nieta, pero ella asentía con la cabeza y trataba de buscar alguna forma de resolver la situación. Su manera intrépida de ser tenía una razón, a lo mejor Nora no era muy experta con esos temas, pero sabía que Karen era una buena niña. Sus padres se fueron a vivir al extranjero para luego de establecerse llevársela, sin embargo, la dejaron con ella olvidándose de sus responsabilidades, así que ella la crió como su hija.