8 - Miedo

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Taehyung tenía miedo, después de tantos años.

La delicada y cristalina agua rozaba la punta de sus finos zapatos queriéndolo arrastrar con ella, en su mano izquierda tenía un bastón negro que en la punta portaba una esfera de un peculiar verde, mediana, con una base que la sostenía color dorado tallada en distintas formas dándole un aspecto más elegante.

Dentro de esa esfera se proyectaba la imagen de un aburrido Jungkook acompañando a su padre a una junta con los Reinos aliados; era de esperarse que jamás lograron encontrar a la Reina perdida.

Todos los demonios tenían un artefacto donde podían ver cualquier movimiento de su elegido, podía ser un amuleto, una esfera, incluso un frasco, en el caso de Taehyung era un baston con aquella bola de cristal.

Se encontraba sentado con las piernas estiradas en la tierra rocosa ensuciando su impecable pantalón negro, enfrente del gigantesco río de Aqueronte; normalmente iba ahí cuando quería asesinar su mente con sus propios pensamientos.

De lejos observaba a Caronte llevando a otra alma al otro lado del río mientras algunas almas en pena le rogaban a la mujer desde lejos que les cediera su lugar, incluso algunos se atrevían a acercarse pero conociendo el mal genio de Caronte se iban enseguida después de que el mismo les echaba una mirada.

El lugar siempre estaba tranquilo, casi no había ruidos más que los aullidos lastimeros que algunas almas emitían desde lo profundo por no poder cruzar el imponente río. Pará Taehyung ese lugar era genial para sentarse y pensar un rato sobre qué estabas haciendo con tu supuesta vida o también iba para ver a Radamantis y a Éaco pelear por quien juzgaba mejor y luego a Minos dándole la razón a alguno de los dos.

Tenía muchas cosas que hacer, eso era seguro, pero eso solo ocupaba una efímera parte de su mente en estos momentos; Jungkook era lo único que podía pensar ahora.

¿Y por qué tenía miedo?

Fácil...

Jungkook no sabía que Taehyung era un demonio, y Taehyung bien sabía que el menor tenía esa idea errónea acerca de que todos los demonios son iguales; malos, feos y porque no, abusadores de niños indefensos. Le aterraba decirle la verdad sobre su naturaleza real y que el niño no lo aceptara, no quería separarse de él; últimamente el cariño de Taehyung hacia Jungkook había aumentado considerablemente.

Pero sabía que tenía que decirle la verdad, después de todo si no lo hacía le traería problemas, simplemente estaba buscando el momento adecuado para decírselo.

Veía a través de la esfera como el de pelo negro jugaba con un niño unos años mayor que él y con otra niña que parecía tener su edad. Lo veía más recuperado después del percance con la incubo y eso lo mantenía tranquilo por el momento.

-Veo que ya llevas bastante tiempo ahí sentado, se te va a aplanar más el trasero.

-Cierra la boca, Sooyoung.

-Oh, ¿Días malos?

-No, pero no me gusta que interrumpan mientras estoy pensando cosas importantes.

-Umh, ya veo.- la de pelo negro se sentó encima de una roca alta mientras observaba la espalda del demonio cubierta con un saco rojo vino con tintes dorados con aberturas que le permitían enseñar sus especiales alas un poco extendidas, su cabello castaño, sus cuernos no eran largos pero tampoco tan pequeños.

Por supuesto que era atractivo ante los ojos de cualquiera pero su complexion aún era aniñada, incluso voz que daba atisbos de ser gruesa; puede que ya haya vívido siglos pero forzosamente tenía que conocer a su elegido para crecer. Y eso sin duda le causaba una extraña gracia a la chica ya que, el demonio era muy inteligente y sabio, se podía decir que tenía los conocimientos de un ser de más de 700 años pero el físico de uno de 8.

Little Demon ™/ TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora