Capítulo I

21 3 0
                                    


Salí de casa con el bocadillo en las manos. Con prisas por llegar a tiempo para el bus. Llegué a la parada y me senté en aquel banco. No había mucha gente cosa que me extrañó, porque siendo un viernes en plena tarde, suelen haber muchas más personas que de costumbre. Esperé. Miré cuanto tiempo le quedaba por llegar, no mucho. En cuánto llegó el bus recibí un mensaje de mi madre:

Cariño, como lo llevas, ya estás allí?

A lo que yo contesté:

Hola, estoy montándome ahora en el bus, llegaré en unos cinco minutos como mucho.

Apagué el móvil y me di cuenta de la cantidad de gente que había en el bus. No encontraba asiento, por lo que me quedé de pie sujetada para no caerme.

Durante el trayecto veía como la gente subía o bajaba. En la primera parada se bajaron muy pocas personas, supongo que serían las del barrio, y no subió nadie. En las tres siguientes subieron pocas, pero se fueron más; una mujer con su hijo, un hombre empresario (o al menos eso parecía), un grupo de chicos con patinetes... En ese momento fue cuando vi un asiento libre, y fui para sentarme.

Quedaban tres paradas para llegar a mi destino, en cuanto recibí un mensaje de mi amigo hablando por el grupo:

¿Dónde están chicos? Joder que miedo, tengo a un loco al lado mío hablando solo.

Me reí por aquello y empezaron a enviar más mensajes sobre el tema.

Llegué a mi parada, me bajé y caminé hacia la plaza en donde estaba mi amigo esperando. No lo veía por ningún sitio hasta que escuché mi nombre y me entraron escalofríos al saber que era su voz.

- Ey, ¡hola! - dijo con entusiasmo. Estaba vestido con chándal y un suéter negro, bastante informal, pero le quedaba muy bien.

- ¡Hola! ¿donde estabas? - fui a saludarlo pero no sé porqué me paré a medio camino.

Él me señaló el banco en donde estaba esperando y fuimos así él. Nos sentamos. Yo me acomodé para molestarlo, y estiré las piernas hacia él. Cuando ya estábamos colocados, empezamos a hablar. A la mayoría de las cosas que decía no les prestaba atención, ya que sólo me importaba la persona que lo estaba contando.

Hablamos de muchas cosas, entre ellas nuestra infancia juntos. Conozco a Krein desde los diez años, yo empezaba un nuevo curso en mi colegio y me tocó con él en la clase. Al principio me parecía un niño bastante tímido, pero con el tiempo me empezó a caer mejor, incluso una vez recuerdo que me llegó a gustar, y salimos unos par de días, muy pocos.

Mientras me contaba su vida yo estaba pensando en cómo todo por lo que hemos pasado se reduce a esto, a que estemos sentados en un banco aguantándonos las ganas.

Unos minutos más tarde llegó a trote mi otro amigo y entonces ya estaríamos todos.

- Mira ahí viene Hugo, jajaja. - se rió Krein al verlo corriendo hacia nosotros.

- Hola chicos - dijo entrecortado al llegar.

Ellos se pusieron a hablar de sus cosas y de repente Krein dijo:

- ¿Nos movemos? -

- Si vale, ¿a dónde? - dijo Hugo mirándonos.

- No se chicos, ¿a las Teresitas? - dije yo como idea. La playa no estaba a más de unos kilómetros de aquí, y podríamos ir caminando para entretenernos y hablar un rato.

- Como quieran, por mi agusto. - respondió Hugo.

- Vale, pues a las Teresitas se ha dicho. - sonrió con ironía Krein.

Caminamos unos quince minutos hasta que nos paramos en un banco a medio camino. Les dije que estaba cansada y que tenía ganas de ir al servicio.

- Chicos, ¿hay un servicio por aquí cerca? - pregunté.

- No lo sé, creo que en la plaza habían unos. - dijo Hugo riendo.

- Yo tengo hambre, ¿vamos a comer algo?-
a Krein le sonaron las tripas y él las imitó para hacer la gracia. Nos reímos.

- Vamos al McDonald's a comer y de paso yo voy al baño. - di como idea.

- Vale vamos. - dijeron los dos al unísono.

Ellos hablaron más que yo. En principio yo estaba solo caminando y dando algunas anécdotas sobre mi. Llegamos al restaurante en unos diez minutos más o menos. Cuando entramos, Krein estaba detrás de mi, y me intentó dar un abrazo, yo le respondí pero no me pareció dárselo bien. Fuimos a pedir unas hamburguesas, algunas papas y nuggets. Cuando nos dieron el pedido subimos a la planta de arriba para sentarnos y comer.

- Voy al baño. - dije yo acordándome de que tenías ganas de ir.

- Yo también voy. - dijo Krein. Cuando escuché eso me dió algo por dentro, era algo extraño, fuera lo que fuese, no le presté atención.

Bajamos los dos al servicio dejando a Hugo solo comiendo arriba. Fui al servicio bastante rápido. Salí y todavía Krein no había terminado, o eso me lo parecía, luego se me pasó por la cabeza que hubiera subido sin mi, cosa que no me extrañaría. Subí, y no estaba. Cuando lo vi llegar me sentó mal no esperarlo abajo.

- Que, ¿nos vamos ya? - dijo Hugo.

Nos levantamos, tiramos la basura de las bandejas y fuimos en dirección a la puerta. Cuando salimos hacia más frío del que esperaba y me abracé sola.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 11, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Forbidden Feelings Donde viven las historias. Descúbrelo ahora