—H-hola...
Después de lo sucedido ayer en la noche, en la casa de el chico rosa, el visitó mi castillo al día siguiente justo después de su clase, es tan obediente.
—Hola, pasa.
Me hice a un lado para que el pudiera pasar.
El pasó rápidamente dejando au esencia de color rosa amarga.
—¿Quieres algo de comer?
—No.
Le invité al salón principal en donde estaban los sofás.
—Siéntate.
El obedientemente, lo hizo.
—¿Como te fue hoy?
Dije sentadome a su lado.
—B-bien, ¿y a usted?
Oh, es educado, me gusta.
—Pues, esperé tu llegada toda la mañana.
El sonrisa inconscientemente, endulzado su esencia rosa.
—¿Y q-que haremos?
El me miraba directo a los ojos.
—¿Quieres salir a la ciudad?
Sus ojos se abrieron de par en par.
—N-no, eso q-queda demasiado l-lejos, aparte q-que n-no tengo dinero.
—El dinero es lo de menos, vamos, yo te llevo.
El pensó un poco antes de asentir.
—Esta bien, pero mi madre solo me dio permiso hasta las nueve.
Ya no se tranca en sus propias palabras, es un avance a la confianza.
—Son las tres y tanto, en bus tardaríamos dos horas, pero mira.
Levante mis manos, con inseguridad.
—¿Que miro?
—Mis manos.
El miro directo a mis manos, las cuales junté e hice dos aplausos.
De un momento a otro, estábamos en un hotel, en medio de la ciudad, sentados en un sofá.
Los ojos de chico rosa, miraban toda la sala en donde nosotros estábamos.
—Wow, e-eso fue.... -espere lo peor-¡increíble!, ¡eres muy genial!
Oh.
—𝑀𝑖𝑟𝑎 𝑚𝑖𝑠 𝑚𝑎𝑛𝑜𝑠.
𝐿𝑎 𝑐𝒉𝑖𝑐𝑎 𝑚𝑖𝑟𝑜́ 𝑚𝑖𝑠 𝑚𝑎𝑛𝑜𝑠, 𝑒 𝒉𝑖𝑐𝑒 𝑑𝑜𝑠 𝑎𝑝𝑙𝑎𝑢𝑠𝑜𝑠, 𝑦 𝑑𝑒 𝑢𝑛 𝑚𝑜𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑎 𝑜𝑡𝑟𝑜, 𝑒𝑠𝑡𝑎́𝑏𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑒𝑛 𝑢𝑛 𝒉𝑜𝑡𝑒𝑙 𝑒𝑛 𝑙𝑎𝑠 𝑝𝑙𝑎𝑦𝑎𝑠 𝒉𝑒𝑟𝑚𝑜𝑠𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝐵𝑢𝑠𝑎𝑛.
𝑆𝑢𝑠 𝑑𝑒𝑚𝑜𝑠𝑡𝑟𝑎𝑏𝑎𝑛 𝑚𝑖𝑒𝑑𝑜 𝑦 𝑎𝑠𝑜𝑚𝑏𝑟𝑜.
—𝑀𝑎𝑙𝑑𝑖𝑡𝑜. ¡𝐿𝑙𝑒́𝑣𝑎𝑚𝑒 𝑎 𝑐𝑎𝑠𝑎!
𝑌 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑠𝑖 𝑓𝑢𝑒𝑟𝑎 𝑝𝑜𝑠𝑖𝑏𝑙𝑒, 𝑠𝑢𝑠 𝑝𝑎𝑙𝑎𝑏𝑟𝑎𝑠 𝒉𝑎𝑏𝑖́𝑎𝑛 𝑚𝑒 𝒉𝑎𝑏𝑖́𝑎𝑛 𝑑𝑎𝑛̃𝑎𝑑𝑜.
—¿𝑁𝑜 𝑡𝑒 𝑝𝑎𝑟𝑒𝑐𝑒 𝑔𝑒𝑛𝑖𝑎𝑙?
—¡𝑁𝑜, 𝑐𝑙𝑎𝑟𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜¡, ¡𝑦𝑜 𝑛𝑜 𝑡𝑒𝑛𝑖́𝑎 𝑛𝑖 𝑝𝑢𝑡𝑎 𝑖𝑑𝑒𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑎 𝑠𝑎𝑙𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑐𝑜𝑛 𝑢𝑛 𝑚𝑎𝑙𝑑𝑖𝑡𝑜 𝑚𝑎𝑙 𝑛𝑎𝑐𝑖𝑑𝑜!
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"𝐷𝐸𝐿 𝑂𝑇𝑅𝑂 𝐿𝐴𝐷𝑂 𝐷𝐸𝐿 𝑃𝑈𝐸𝑁𝑇𝐸"
Romance- ¡Hyung! - ¿Que, chico rosa? - ¿Puedo quedarme a dormir?