—¡¿Benjamín?! — exclamo perpleja.
Doy un respingo al saber que tal vez Ceci me escuche. Me volteo fugazmente para ver qué por suerte nadie está detrás de mi y vuelvo a centrar toda mi atención en el muchacho de ojos verdes que me observa expectante.
— Volveré a preguntarte... ¿Soy yo o no soy yo ese de ahí?
Reprime una sonrisa mientras yo lo miro fijo con los ojos bien abiertos. Escondo rápidamente mi dibujo entre mis hojas y luego entorno la mirada hacia él.
—¡Por supuesto que no! — Miento.
— Pues se parece mucho a mi.
Siento como el calor sube a mi rostro.
— Y no sería la primera vez que me dibujas.
Frunzo los labios sintiéndome boba. Es obvio que quiere avergonzarme.
— Pues no te sientas importante, suelo dibujar cualquier cosa.
— Jamás dije que me sentía importante, solo pregunté si me habías dibujado. Si lo mencionas... es porque tal vez soy importante para ti.
Frunzo los labios sin saber que contestar. Acabo de quedar como una completa idiota. Le pregunto lo primero que se me viene a la cabeza.
— ¿Que haces aquí?
Se ríe y sus ojos verdes se achinan.
—Solo pasaba por aquí...— Me suelta en un tono que no puedo adivinar.
Asiento forzando una media sonrisa.
—¿Y también pasaste por aquí más temprano a dejarme una nota?
Desvía su mirada hacia la calle cuando justo el hombre que venia pasando en su auto, nos observa fugazmente. Benjamín, ahora me mira serio y su repentino cambio de actitud me llama la atención.
—Tenía que demostrarte que no fue un sueño, sé que estuvo mal entrar a la fuerza a tu cuarto de esa manera y además hice que te desmayaras. Me fui preocupado, no logré despertarte. No sabía que hacer, no podía pedirle ayuda a tus padres. Habrían pensando que te hice algo cuando lo único que quería era verte, no hacerte daño.
Mi media sonrisa se desvanece. Tiene sentido lo que dice y por alguna razón le creo. Siento que el calor sube a mi rostro cuando el viento que sopla hacia dentro de mi casa trae el perfume de su ropa y de él mismo hacia mi. Parpadeo frenéticamente. Dios...
Benjamín entorna los ojos al notar mi expresión.
— ¿Que pasa? ¿Te sientes mal? — Pregunta en voz baja y sería.
Parpadeo rápidamente mientras niego con la cabeza.
— No...— Trago saliva.— Estoy bien. Es solo que sentí frío por un momento... — miento.
Veo una pizca de alivio en sus ojos.
— Perfecto, porque de otra forma no podría ayudarte. Me prometí a mí mismo no volver a entrar a la fuerza a tu casa.
Lanzo una risita mientras desvío mi vista hacia el suelo. El me devuelve la risa y me siento a gusto.
— ¿Male?...
La voz de Ceci se acerca junto con sus pasos. Benjamín abre los ojos como platos mientras mira de golpe hacia dentro. Me volteo y veo como segundos después, Ceci entra hacia el living a paso tranquilo y me observa un poco perpleja. Nos quedamos unos segundos en silencio. Se cruza de brazos y frunce ligeramente el entrecejo.
— ¿Con quien hablas? — Pregunta.
¿Que? Me volteo hacia donde hace solo segundos estaba parado Benjamín y siento una puntada de angustia en el pecho cuando me encuentro con la misma nada. Un ventanal que da hacia una calle vacía y no hay nadie parado frente a mi.
Benjamín desapareció.
Tardo en reaccionar ¿A dónde fue? Miro para todos lados, buscándolo, sin molestarme en esconder mi asombro, pero no hay nadie. La voz de Ceci me vuelve a la realidad.
— ¿Male?
La miro de golpe y trago saliva.
— No estaba hablando con nadie.
El silencio incómodo es inevitable pero luego Ceci es la que habla primero.
— Okey... Hum... Ven para que comas algo, ya está lista la tarta.
Asiento y comienzo a guardar mis hojas de dibujo. Me esfuerzo por fingir que no pasa nada. Siento la mirada de ella sobre mi pero segundos después puedo ver de reojo que se marcha hacia la cocina. Vuelvo a mirar de golpe hacia la calle, confundida.
Pero si él estaba aquí hace solo un momento.
¿A dónde fue?
~•~
La noche llega con lentitud. Siempre sentí que el tiempo pasaba despacio porque desde que terminé mis estudios no tengo nada que hacer, pero hoy después de lo de Benjamín, siento que los segundos se comparan con horas.
¿Por qué desapareció tan bruscamente cuando Ceci entró la living? La verdad no lo entiendo.
En la cena, con mis padres, descubro que mi apetito está más alto que lo normal. Me termino toda la cena, cosa que nunca pasa. El pastel de carne es delicioso.
— ¿Te gustó? — pregunta mamá mientras levanta los platos.
Asiento con una sonrisa y papá sonríe en respuesta a la mía.
— Entonces lo cocinaré más seguido.
Luego de conversar un rato con mis padres, subo hacia mi habitación, lista para dormir. No me cuesta subir las escaleras y tampoco pierdo el aliento al hacerlo. Cuando estoy en frente de mi puerta, siento una sensación extraña. Me quedo quieta al sentir el leve sonido de la ventana al rechinar.
Lentamente, pego mi oreja a la puerta. El ruido de la ventana se vuelve a escuchar, pero está vez puedo sentir como pone el cerrojo desde dentro. Trago saliva y sin pensar, entro a la habitación. Al principio sólo veo oscuridad pero luego mi vista se acostumbra.
Alguien está sentado en mi silla de escritorio, de espaldas, mirando hacia la ventana. La luz de la luna entra débilmente. Siento una puntada de pánico en el pecho.
¿Pero que mier....?
— ¿Benjamín...? — Susurro alarmada.
Él se voltea de golpe al sentir mi voz y puedo asegurarme de que sea él. Se levanta de golpe y me observa con una mirada alarmada. Me quedo petrificada, con la puerta abierta y todas las posibilidades de que lo vean. Luce preocupado y veo que tiene los ojos enrojecidos, como si hubiera estado llorando.
Cierro la puerta detrás de mi, pongo seguro para que mis padres no entren por sorpresa y quedamos uno en frente del otro en la oscuridad de mi habitación. Sólo se puede sentir el sonido de nuestras respiraciónes. Alargo mi brazo hacia el interruptor de la luz.
— No. — Me suelta él con voz tensa.
Cierro los ojos, cansada. No puedo más con esto. Lo miro a los ojos y pregunto lo que quise saber desde un principio.
— ¿Quién eres y qué quieres de mí?
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Mi maravillosa creación
Romance¿Que harías si tú vida, que está destinada a una enfermedad miserable, se ve interrumpida, avivada y corrompida por un extraño muchacho de ojos verdes? Malena ni siquiera quería averiguar quién era realmente él. Su principal objetivo, era convencer...