Capítulo 30.

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LAUREN POV.

Claro que la seguía amando, quizás si me comporté muy mal antes pero ahora todo era distinto, yo seguía muy enamorada de Camila como hace tantos años y esperaba que ella lo estuviera también. Lo sentía en la forma que tenía de besarme, cuando tomaba mi mano, cuando íbamos en el ascensor y ella se recargaba en mi pecho dejándome suaves besos en mi cuello. Cuando acostábamos a Karla y ambas pasábamos la cobija por el cuerpo de la pequeña y al acostarla por fin cada quien dejaba un beso en la mejilla de la bebé. Lo sabía, sabía que siempre ha sido ella.

La amo. 

Camila aún no decía nada porque sólo se había quedado mirándome con una cuchara en sus manos que tenía puré de papa, que había guardado para terminase en al auto.

-Entiendo si fue demasiado apresurado y aunque ya llevemos un par de meses donde nos encontramos, yo...no pude evitar decírtelo.

-Lauren.

-Y si, tal vez tú no quieras intentar algo de nuevo por Karla, no queremos confundirla y quizás no le hemos hablado de nada de esto que ha pasado con nosotras pero te amo Camz.

-Te falta algo.

-Porque te juro que... ¿Qué?

-¿Quieres ser mi novia? –Camila había dejado su cuchara en el recipiente y ahora estaba tomando mis manos juntas sobre las de ellas y alzándolas a la altura de su cara besando los nudillos de cada una de mis manos.

-¿Segura? –ella se río.

-¿Cómo que segura? Claro que estoy segura, ¿Qué acaso tú no? –ella alzó una ceja y me miró.

-Claro que sí pero para ser tu novia debes aceptar primero ser mi novia.

-Pero no me lo has pedido.

-Porque siempre lo has sido, Camz –se abalanzó sobre mí y me besó pasando por encima de la palanca del auto que por suerte había apagado para no causar un accidente, le correspondí por algunos segundos porque no quería que se lastimara en esa posición, así que la atraje hacía mí y la pase por encima de mis piernas, sentándola a horcajadas sobre mí. Pasó sus brazos acariciando mi nuca y me acercó a ella. Nuestro beso era calmado y a la vez profundo porque yo no quería parar de besarla. Y es que sus labios eran adictivos y esos besos húmedos donde nuestras lenguas se podían ver bailar entre sí me llevaban a otro planeta, el planeta Camila Cabello.

-Mi amor –me susurró Camila en mi oído y me pegué más a ella acariciando sus muslos.

-Te amo, mi bonita –le dije ahora que ya nos habíamos separado porque como lo dije, estábamos frente a su trabajo y que gracias a los vidrios polarizados no podían ver la posición en que estábamos.

-Yo también te amo amor, nunca deje de hacerlo –la volví a besar transmitiéndole todo mi amor.

-Ni yo, te prometo que esta vez no te voy a dejar escapar, sólo me dedicaré a hacerte feliz porque te lo mereces amor.

-Esta vez vamos a hacer las cosas mejor, te amo.

-Yo también te amo bebé –le di un beso en la punta de la nariz y sonó mi teléfono.

-Hola Liz, ¿Qué pasa? –Camila rodó los ojos y se pasó a su lado del auto.

-Perdón por molestarla en su hora de comida señorita pero hay una persona aquí que quiere verla.

-No te preocupes, ¿sabes quién es?

-Se llama Demi Lovato dice que quiere hablar con usted sobre unas fotos pero dice que quiere verla.

Perfecta Casualidad (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora