sex addicts [l.s] ADAPTACIÓN

Pollalini alfredo

"¿Así qué lo hiciste?", Louis preguntó de repente haciendo gemir a Harry.

Después de que Harry había pasado la noche en el apartamento de Charlie, sin hacerse nada más que caricias y ver películas, tuvo que correr de vuelta a su casa en poco tiempo para prepararse para otro día de terapia. Él realmente odiaba esta »terapia de cinco días a la semana durante dos meses«. Mierda, porque era muy fácil simplemente dejar de tener sexo, que no veía por qué requería de dos meses de terapia en grupo.

"¿Qué quieres decir con "lo hiciste"?", preguntó.

El oji-azul movió las cejas hacia él. "Ya sabes, ¿pusiste tu pollalini alfredo en su cuenco de pasta?"

Harry casi se atragantó con su propia saliva al oír las palabras salir de su boca. "¿Disculpa?"

Louis puso los ojos en blanco, echándose hacía atrás en su silla. "Por dios, ¿te lo follaste Styles?"

"No, ¡por supuesto que no! Es por eso que estoy en terapia, ¿no es así?"

Se inclinó cerca de su oído, y él se apartó de la sensación de su cálido aliento abanicando su cara. "Si, pero algunos hábitos son solo difíciles de romper."

Justo en ese momento, Mark llamó la atención sobre el grupo. Siguieron la misma rutina que el día anterior, a excepción de Harry que era cuidadoso con lo que decía para no provocar una pelea con Louis.

"Hola, soy Harry tengo dieciocho, y soy un adicto al sexo."

"Más como adicto a el único chico con el que se puede echar un polvo", Louis susurró a Luke, que estaba a su lado. Él se rió, pero tosió rápidamente en un pobre intento de encubrirlo.

La cabeza de Harry se dirigió a ellos, dándole a los dos una mirada de muerte. "Más que eso, Harry. ¿Qué te motiva?", inquirió Mark.

"Yo, yo lo amo", respondió, bajando la cabeza. Él sabía que los demás se reían de él, pero era sorprendente que nadie -ni siquiera Louis-, dijo nada.

"Aveces hay otras maneras de expresar su amor, tal vez tu podrías llevarlo en las fechas importantes..."

"Pero quiero demostrarle que lo amo", Harry interrumpió. "Quiero demostrarle que solo va a ser él. Sólo él."

Mark abrió la boca para hablar, pero la cerró inmediatamente después. En vez de eso, siguió adelante y la curiosidad de lo que él iba a decir, creció.

Harry no quería hablar con nadie. Quería estar a solas con sus pensamientos, y pensar acerca de su motivación. Quería tener relaciones sexuales con Charlie porque lo amaba, ¿no? Había escapado hacia el balcón fuera de la sala de terapia, que daba a un pequeño jardín plantado detrás del edificio. Nadie se dio cuenta que se había ido a excepción de una persona.

"¿Qué se siente?", preguntó louis, viniendo detrás de Harry sorprendiéndolo.

"Jesucristo, me has asustado", Harry puso una mano sobre su corazón, tratando de calmarse.

Louis puso sus ojos en blanco y Harry se preguntó si sus ojos nunca se quedaban atascados así, porque él siempre lo hacia.

"¿Qué se siente?", repitió.

"Es lo mismo que dijiste antes. Poner pollalini alfredo en el tazón de pasta. Porque estoy bastante seguro que tu sabes muy bien lo que se siente."

"Descarado", comentó Louis, encogiéndose de hombros. "Quiero decir, ¿qué se siente estar enamorado?"

Harry fue cauteloso con su respuesta, preguntándose por qué Louis quería saber acerca de una cosa tan ridícula. "Bien", comenzó, frunciendo los labios, "es como cuando estas tratando de escribir un poema. Tu piensas en todas esas formas de expresar una sola idea, pero te aburres y arrugas el papel después de darte cuenta que no hay palabras para describir lo que sientes. Es casi imposible. Frustrante. Es mucho tiempo, y sin embargo, al final del día, te das cuenta que todo valió la pena porque se te ocurrió un hermoso poema. Eso es amor.

Louis aspiró una respiración corta, apoyando los brazos en la barandilla junto a él. "Nunca he estado enamorado, pero yo he sido amado antes."

"¿Qué pasó?", A Harry le pareció un milagro que Louis no se haya reído de él o de haber sido el objeto de burlas por sus sentimientos de amor. Tal vez, él había tenido un trasplante de corazón.

Suspiró e inclinó la cabeza hacia abajo, y Harry no sabía si era de tristeza o vergüenza.

"Todo comenzó cuando yo estaba en Florida..."