Auron miró con timidez a Mangel.
—Es la primera vez en mi vida que beso a un hombre, Mangel.
Mangel sonrió enternecido por la confesión de su compañero de armas, y mano derecha de su niño, se acercó lo suficiente a los labios de Auron para tocarlos con sus dedos disfrutando de ver ese bello sonrojo adornar sus mejillas.
—No eres el primero en decirme eso, Auron.
Auronplay sonrió ante su sin vergüenza deslizando una de sus manos por debajo de la falda amarilla que Mangel amaba tanto usar para traer babeando a Lolito y a Rubius.
—Lo sé pero, espero ser el último.
Auron miró suplicante a Mangel.
—Eso depende de que estés dispuesto hacer por mí, Auron.
Mangel se apartó de su toque logrando irritar a Auron quién se contuvo al escuchar las pisadas marcadas de Lolito subir por las escaleras del ayuntamiento y por las risas suponía que venía con Alexby.
—Yo soy Lolito, Mangel. — Murmuró Auron entre dientes.— Mi paciencia es más corta, y no toleraré tus deslices cómo lo hace él.
Mangel miró de reojo a Auron y discretamente apretó su mano en un gesto tranquilizador para él ojirubí. —Eso es lo que me gusta de ti. No eres cómo él, ni nadie. Eres mi cuco, y nadie más que tú puede hacerme gemir tanto cómo tú.
Auron sintió sus mejillas arder ante esa confesión pero logro mantenerse firme cuando la puerta del despacho se abrió Auron soltó a Mangel, y lo vio levantarse de su sitio para ir a recibir al ahora alcalde de barrio, Lolito quién le recibió en sus brazos.
Auron ignoró la molesta punzada de celos en su pecho para concentrarse en las palabras de su alcalde.