–¿Qué quieres?
Bloo había respondido de mal humor a mi llamada y rápidamente indiqué la dirección en la que me encontraba.
–¿Qué? –cuestionó confundido.
–¿Puedes venir a...?
El sonido de apagado de mi teléfono frenó mis palabras, menos mal lo primero que hice fue decir mi ubicación, pero no había podido pedirle a Bloo que me viniera a rescatar y con lo mal humorado que sonaba seguramente no vendrá, ahora... ¿Qué hago?
Me levanté de la banqueta y suspiré mientras miraba a lo lejos de la calle desierta, no tenía otra opción que caminar. Aseguré los tirantes de la mochila en mis hombros y dejé las manos aferradas a estos recargándome en mi propio cuerpo de alguna forma entretanto caminaba a paso lento y pesado, estaba tan cansada.
Caminé un par de metros y repentinamente un hombre mayor vestido con harapos sucios salió de entre los arbustos sonriendo como un maníaco, se interpuso en mi camino y gruñó desagradablemente observándome de pies a cabeza con lascivia.
–Linda jovencita –sorbió saliva mientras su mirada se detenía en mi busto–, ¿tienes una moneda? –extendió su mano hacia mí.
–No –respondí de inmediato al dar un paso atrás.
–¡No seas tacaña! –gritó enfurecido–, solo te pido una moneda.
–¡Ya le dije que no tengo! –respondí con el mismo tono amenazante.
–Bien, entonces tomaré otra cosa –sonrió y dio un paso hacia mí.
–¡No se acerque más! –advertí haciendo puño mis manos y apretando mis dientes.
–Tranquila, solo nos divertiremos un poco –sacó su lengua serpenteándola y dejando ver su dentadura en mal estado, tomó mi brazo con una de sus manos intentando jalarme hacia él.
–¡Se lo advertí! –grité y apoyando mi mano en su hombro tomé impulso con todo mi cuerpo para golpear con mi rodilla su entrepierna.
–¡Hija de... perra! –exclamó mientras caía lentamente hacia el piso quejándose de dolor.
–Sí, lo soy –reí irónica mientras lo miraba retorcerse en el piso.
–Maldita... –gruñó casi sin aliento.
–Debería patearte hasta matarte, viejo asqueroso –murmuré mientras acomodaba mi mochila y retomé mi paso.
Eso había sido fácil dado que se trataba de un hombre mayor y débil, está vez tuve suerte, pero tal vez en lo que me restaba de camino no correría con la misma suerte y sentí temor, ansiedad, desesperación.
Miré paranoica en todas direcciones mientras continuaba caminando hasta que las luces de un auto que venía frente a mí, me deslumbraron y tuve que detener mi andar, el claxon del auto sonó levemente y se detuvo. Con los ojos entrecerrados intenté enfocar la vista: se trataba de un taxi, la puerta del pasajero se abrió y Bloo salió del vehículo.
–Oye Bambi, ¿porque deambulas en medio de la –corrí hacia él para abrazarlo–... noche?
Él me abrazó y acarició delicadamente mi cabeza calmando mi ansia y temor con la calidez de su abrazo.
–¿Estás... bien? –cuestionó apartándose un poco para poder mirar mi rostro.
–Si –suspiré y sonreí al levantar mi mirada hacia sus ojos–. Gracias por venir.
–¿Por qué demonios estás en este lugar, tan tarde? –se apartó de mí y su ceño se frunció a la espera de una respuesta.
Él tenía razón al estar molesto conmigo y pudo simplemente ignorar mi llamada, pero no lo hizo, a pesar de la poca información que le di, llegó a mí para rescatarme y yo estaba tan aliviada que no podía dejar de sonreírle.
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RUDE
Short Story"Sé que no soy buena para ti, ni tú lo eres para mí, pero ¿Qué debo hacer si te amo? Y tú... ¿Me amas?" ----------------------------------------------------------------- Una historia original y completamente escrita por GabyO Todos los derechos rese...