Noche de Bodas [Oneshot +18]

Parte Única

Cuándo la música acabó y ellos finalmente se encontraron solos, Kotoha reaccionó. En silenció, Douma se había sentado a su lado en aquélla enorme cama, sosteniendo su mano, tranquilo y apacible.

—Iré a buscar algo de beber

Le susurró antes de besar su mejilla y levantarse. Kotoha se veía en un sueño, aún no lo creía, ¿En serió se había casado con Douma?

Observó la habitación, el tinte lujoso.

Observó su cuerpo, vestido por un hermoso vestido blanco qué la hacía lucir sumamente bella.

Observó su mano, donde aquél anillo dorado reposaba.

— ¿Sucede algo, Kotoha-chan?

Y allí estaba con quién compartiría su vida, Nuevamente. Y entonces allí estaba su miedo inmaculado, ¿Y si era una trampa?, ¿En serió lo seria?, ¿Douma no sería capaz de lastimarla también?

—No, Sólo tengo algo de sed

Pero no podía poner a todos los hombres en la misma bolsa. Douma, a pesar de ser algo infantil, la acogió a ella y a su hijo, no le importó de donde venía, Ni siquiera le importó lo qué dirían de él.

— ¡Encontré algo de Vino del bueno!— Chilló el rubio, acercándose a ella con una copa— ¡De seguro te hará bien!

Pero, Tan solo quizás, Douma era diferente.

 A los 3 vasos Kotoha ya no podía evitar sonreír embobada. Y no porque estuviera borracha, más bien se sentía relajada. Douma le sonrió y la acurrucó en sus brazos.

— ¿Tienes sueño?, Si quieres podemos dormir

El rubio de ojos arcoíris le sonrió. ¿Qué era exactamente el?, ¿Un ángel?, ¿Un demonio?, Kotoha no lo sabía pero se arriesgaba a amarlo.

Los besos en su cuello eran sumamente lentos, suaves, como si el hombre sobré su delgado cuerpo estuviera degustándola. Despacio, saboreando su sabor mientras pequeños y avergonzados gemidos escapan de su boca. Kotoha aún se encontraba con su vestido de novia, blanco puro, y Douma aún se encontraba con su traje de Novio.

—D..Douma..Ahh~...

Su voz entré cortada, agitada y dulce. El demonio vestido de novio bajó sus besos, bajando con sus manos los tirantes de su vestido puro. Blanco, oh, Douma amaba como el blanco le quedaba a su amada, resaltaba su nobleza, su pura e ingenua alma desdichada. Entonces Kotoha Arañó su espalda cuándo finalmente los dedos fríos del mayor se posicionaron sobre su piel, tersa, extrañamente cálida.

No faltó mucho para qué el vestido fuera retirado, al igual que las prendas del Rubio. Kotoha cerraba sus ojos apenada, mientras que el mayor sonreía divertido y se jactaba de su vergüenza. Pero se contenía, porque Douma era un monstruo atrapado, endulzado y atado por algo a lo que llaman amor. Dulce, besó sus mejillas y luego lamió su mentón, un suspiró le dio a entender qué no la estaba lastimando.

—Amó mucho a Kotoha-chan

Mencionó, sorprendiéndose enseguida de lo ronca qué sonó su voz. La excitación lo estaba matando y prácticamente ya quería hundirse en ella. Pero fue lento, bajó su boca hasta los senos de ellas y jugó con sus botones rosados.

— ¡Ah!

Kotoha gimió tapando su rostro con sus pequeñas manos. Douma siguió en su trabajó, lamiendo y jugando con sus tetas por un rato, le encantaba escucharla gemir. Pero mientras su lengua se encontraba entretenida, su manó curiosa bajó hasta los pliegues de su ahora esposa, estaba húmeda y podía fácilmente penetrarla con sus dedos...

Pero fue dulce y amable.

Kotoha gemía suavemente, con la cara ardiente, con las manos en los cabellos rubios de su ahora esposo mientras este le practicaba sexo oral. Se sintió desfallecer, suave y lujurioso, y llegó a su orgasmo.

—Sabía qué tenía razón — Mencionó El de ojos arcoíris Mientras se relamía los labios, Gustoso, Morboso— Kotoha-chan sabe exquisita

Kotoha sentía con las lágrimas resbalaban por sus mejillas debido al intenso placer, el juego previó se acabó, y Douma se acercó a su rostro para mimarla y lamer sus lágrimas sin vergüenza.

—Déjame comerte completamente, Kotoha-chan

Le susurró, santurrón, engatusado por la bella figura de su amada. Kotoha entonces acarició su espalda y susurró un pequeño "Si", dándole a su Marido el pasó permitido para colocarse entré sus piernas, palpando su zona íntima con su glande hinchado. Douma sonrió y dejó qué su mujer lo abrazará por el cuello, y al momento de entrar en ella, lo arañase.

Se unieron, se sintieron completos.

Douma movía sus caderas mientras Kotoha gemía en su oído, rebelde, pura y magnifica. Ella no era virgen, y eso no le importaba, para Douma ella era pura, incapaz de ser corrompida. Besó su mejilla y siguió en sus movimientos, bruscos, Escuchando los quejidos de su esposa cada vez más alto.

Y así siguieron varias horas, entregándose mutuamente, amándose. Y Quizás, después de todo, Si le darían un hermanito a Inosuke.

Fin(?