<<¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha venido a rescatar a su pueblo!
Nos ha enviado un poderoso salvador, un descendiente de David, su siervo.>>
Lucas 1.68-69Era un día como cualquier otro, solo que para la iglesia se celebraba la solemnidad de Cristo Sacerdote, como era de esperar la población católica de aquel poblado estaba preparándose para dar inicio a tan importante fiesta.
Los acólitos en compañía de sus padres y de toda la comunidad están corriendo para alistar una pequeña fiesta que le habían hecho al Sacerdote para celebrar de igual forma en día de la vida clerical.
Entre esos acólitos se encontraban Cristián y Maximiliano, quienes ya alcanzaban la edad de 15 años y a quienes los acompañaban sus familiares.
Cuando llegaron a la iglesia a los dos jóvenes se les informo que tenían que colocarse una vimpa ya que habían conseguido que el obispo fuera a celebrar ese día la misa y estar en la fiesta que se le había preparado al sacerdote, la razón que les dieron era que como ellos habían expresado más de una vez su interés por el sacerdocio esa era la forma de ganarse al obispo, recibiendo su mitra y su báculo.
Sin ninguna objeción de por medio ellos se pusieron su ornamentos y salieron a esperar que empezará la misa.
Pasado un rato, llegó al parqueadero de la iglesia un carro negro con vidrios polarizados, del que se bajó un joven de no más de 30 años, vestido de traje y corbata, quien abrió la puerta y de esta se bajó el obispo, el mismo joven corrió a sacar varias cosas de la cajuela y entregárselas al sacristán, para que obispo se alistara de una vez por todas en la sacristía.
Al pasar por el lado de los dos muchachos ellos hicieron una leve reverencia, pero para uno de ellos el mundo se detuvo en cuanto el obispo se quedó mirándolo, no pasaron más de dos segundo cuando una voz lo saco de sus cavilaciones para darse cuenta que el obispo se había ido ya.
Como era de esperar el sacristán los presento a todos al obispo, y así el también emprendió la marcha para poder vestirse según lo que era requerido, detrás del obispo venia también un joven de no más de 26 años, quien toda la población sabía el mes anterior había sido nombrado diácono, por lo tanto de la misma manera iba a vestirse y poder ayudar a oficiar la eucaristía.
No pasaba más de media hora cuando les avisaron que tenían que salir para poder dar inicio según lo antes ensayado.
Dos acólitos se acercaron al obispo para que bendijera el incienso y de esa manera abrir la marcha de entrada, a medida que sonaba la música iban ingresando, los acólitos, los grupos pastorales, el sacerdote, detrás de él venía el obispo y por último los dos acólitos quienes iban siguiendo las indicaciones del diácono.
Cuando llegaron al altar el diácono les entrego el báculo y la mitra a cada uno, el obispo siguió junto al diácono para seguir el protocolo mientras ellos se quedaban con dichos ornamentos antes dichos en la parte de atrás de la silla principal.
Toda la misa transcurrió normal, al terminar ellos fueron a cambiarse para poder ir a comer algo.
Cuando Cristián había salido, sin que Maximiliano se diera cuenta entro el obispo para cambiarse.
—Padre le puedo ayudar en algo más? —decía Samuel el diácono quien ya se había cambiado.
—No hijo, gracias.
Al oír eso Maximiliano se dio la vuelta y se inclinó un poco según lo marcaba su fe, el era la máxima autoridad del obispado al que pertenecía.
—Con su permiso padre —Cuando iba saliendo sintió una mano en el brazo.
—No te vayas, no muerdo lo prometo —le dijo el obispo al joven quien no entendía a que iba el comentario.
—Padre de verdad tengo que irme.
El obispo se acercó más a él hasta acorralarlo a una pared.
—Te dije que te quedarás, aunque sé que tú eres el próximo seminarista o no es así?.
—Si, señor —trato de alejarse.
—Bueno, entonces te dejo ir, pero si te aclaro una cosa, si quieres ser alguien me vas a buscar, hasta pronto Max.
Se acercó y lo besó mordiendole el labio hasta hacerle salir sangre, en cuanto el hombre joven se vio libre salió de allí.
—Max, que tienes? —dijo Cristián.
—Na-nada Cris, solo estoy cansado.
Se fue de ahí, tal vez y el obispo tenía la razón y era una buena opción para no tener más problemas económicos en la casa, pero no diría nada, aún tenía un año, era bastante tiempo no?.
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All Of A Dream
Teen Fiction¿Hasta qué punto estás dispuesto a llegar por alcanzar tus sueños? Cuando no encuentras la forma de seguir persiguiendo tus sueños y de la nada llega una propuesta muy poco común, ¿Que harías ante esto?.