Return

814 94 56
                                    

No estaba seguro de cuanto tiempo llevaba lejos de ese par de idiotas, pero sí sabía que los extrañaba demasiado. A mi manera, claramente.

Algunas veces, imaginaba cómo serían las cosas si hubiera decidido no marcharme, no quería escuchar el rechazo de Kamaboko luego de aquél beso. Me había correspondido, sí, pero eso no significaba que yo le gustara del mismo modo. ¿Tal vez debería haberle llevado un pajaro muerto en la cama? No, Monitsu ya había dicho que a Kamaboko no le gustaban esas cosas.

Suspiré resignado y decidí seguir entrenando. Algún día encontraría a alguien con la cabeza más dura que la de Gompachiro. O eso esperaba, porque me aterraba la idea de verlo de nuevo. Era un sentimiento muy molesto. Al menos eso me explicaron.

Luego de un rato, un cuervo volaba por encima de mi cabeza con algo entre las patas. Me causó curiosidad así que salté para atraparla.

¡Salvaje, sueltame!

El cuervo hablaba, me recordaba al de Kamaboko. Todo me recuerda a él, a veces quiero regresar, maldita sea. La solté porque no me interesaba el ave, solo lo que traía. La olí un poco, se me hacía vagamente familiar pero no sabía qué era.

Sin darle mucha importancia, hice una bola y me la metí en la boca dispuesto a tragarla. Entonces sentí la presencia de alguien, ya la conocía de memoria.

—La persona que te envió esa carta se sentiría ofendida si se enterara que te la metiste a la boca para tragarla sin antes leerla. —el pilar de la niebla se me acercó tranquilamente, había ido a contemplar las nubes, supuestamente. Y acababa de regresar.

Este sujeto se había ofrecido a venir conmigo el día que yo decidí regresar a las montañas, no tengo idea de para qué, pero tampoco me interesa mientras no me esté estorbando.

—¿Hah? ¿y quién la mandó? —exigí saber con el papel aún en mi boca, su expresión no cambió en lo absoluto ante mi tono de voz. Este imbécil no se inmuta con nada.

—Solo hay una forma de saberlo, deberías leerla. —contestó con simpleza, la saqué de mi boca y la agité a los lados para quitarle el exceso de saliva y luego miré su contenido. ¿Era una maldita broma, no? ¿¡qué eran esos garabatos!? —¿Acaso no sabes leer? —inquirió curioso, mirando atentamente mi rostro. —Puede que sea un chico diciéndote que le gustas, ya que pareces una chica.

—¿¡Quieres morir!? —bramé molesto.

—Si quieres la leo por ti. —murmuró con desinterés mientras me tendía la mano para que le pasara el pedazo de papel que tenía garabatos muy extraños que no comprendía. —No te preocupes, de todos modos lo acabaré olvidando.

De mala gana le pasé lo que él llamaba "carta" y lo comenzó a leer en voz medianamente alta, no entendía el principio. ¿Dos años? ¿quién la mandó?

La mencion de Monitsu me llamó la atención completamente. ¿Era Gompachiro quien mandó esta cosa? Seguí escuchando atentamente las palabras del dichoso "Muichirō". Claro que de vez en cuando solía interrumpirlo con uno que otro grito.

Cuando dijo que no seguiría leyendo como yo continuara gritando, solo entonces me calmé. Temporalmente claro está. Llegó cierto punto en que me hacía evidente de quien se trataba.

"Inosuke, todo lo que deseo es que regreses a salvo. Incluso si no es por mí, solo regresa. Eso es todo lo que necesito, yo definitivamente te necesito".

Eso era suficiente. Definitivamente regresaría, porque ese idiota de Kamaboko Gompachiro no era nada sin mí. Únicamente por eso. ¡Yo soy el rey aquí!

Return 「Hashibira Inosuke」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora